Con las primeras luces de la mañana, el grupo de expedicionarios
inició el ataque en el Everest. Ayer los sherpas subieron el
material necesario para montar los campos de altura. Jopela, Oli y
«los dos Tolos» harán noche en el Campo Y, sobre la cascada de
hielo del Khumbu a 6.000 metros de altura.
El siguiente paso se dará el lunes por la mañana. El grupo subirá
hasta los 6.600 metros, donde quedará instalado el Campo II y, a
continuación, volverán al Campo Base. En el próximo mes y medio
serán muy habituales estas idas y venidas para adaptar los cuerpos
de los alpinistas a unas alturas sobre el nivel de la mar donde el
aire se encuentra cada vez más enrarecido.
En este sentido, conviene recordar que a partir de los 5.500
metros, los pulmones expelen una cantidad de dióxido de carbono
superior a la normal, lo que altera el ph de la sangre. Al mismo
tiempo, los riñones eliminan más agua para corregir la acidez de la
sangre, hecho que causa una importante deshidratación que tiene que
corregirse bebiendo mucha más agua de lo que es habitual. Asimismo,
el ritmo cardíaco se acelera hasta las 85 pulsaciones en reposo y
las 140 en movimiento.
Todo eso hace que cualquier movimiento se convierta en un auténtico
sacrificio, así que los alpinistas mallorquines tendrán que medir
convenientemente cualquier pequeño esfuerzo para garantizar su
salud. Es aquí donde los sherpas juegan un papel estratégico a la
hora de liberar de un exceso de carga -entre 40 y 50 kilogramos- en
cada uno de los miembros de la expedición «Mallorca a dalt de tot.
Everest 2005» y, al mismo tiempo, de hacer más fácil su progresión
hacia la cumbre.
Ayer, el equipo inspeccionó las cuerdas fijas y escaleras que
trazan el camino por el laberíntico mundo de hielo, seracs y
grietas de la cascada de hielo del Khumbu. Más de 600 metros de
desnivel que pueden convertirse en un auténtico infierno si no se
dispone del material preciso. Por algo, los expedicionarios han
tenido que pagar un peaje de 500 dólares para poder utilizar un
equipamiento que cada año revisan y renuevan los sherpas y las
expediciones comerciales.
El grupo alcanzó la cota de 5.600 metros, mientras que disfrutaba
del especial luminosidad que le otorgaba un día bien soleado. Al
final, todos se concentraron nuevamente en el Campo Base para
revisar el equipamiento que utilizarán hoy y mañana.
En estos momentos de especial tensión, los nervios han vuelto a
hacer acto de presencia. Ayer eran habituales las discusiones por
cualquier cuestión sin importancia. Unas veces las chispas saltaban
porque no se ponían de acuerdo sobre la comida que tenían que subir
a los campos de altura, otras porque no salían las cuentas sobre
las cargas de gas para los hornillos que habrían de llevar. A
partir de ahora cualquier pequeña cosa puede convertirse en un gran
tropiezo. El peso de la responsabilidad es cada vez mayor, pero la
ilusión por lograr esta gesta es inmensa y los roces ayudan a la
motivación.
Comienza el asalto
Hoy, los expedicionarios pasarán la noche en el Campo I y dejarán instalado el II a 6.600 metros
17/04/05 0:00
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