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Con un día de retraso sobre la agenda prevista, la expedición mallorquina al Everest alcanzó ayer el campo I, situado en 6.060 metros de altura sobre la cascada de hielo del Khumbu. Fue una travesía difícil por un laberinto de grietas que, en algunos tramos del recorrido, resultan muy peligrosos para los escaladores debido a su tamaño e inestabilidad. «Jopela», «Oli» y «los dos Tolos» necesitaron más de cinco horas para superar los poco más de setecientos metros de desnivel que hay entre el campo base (5.300 m.) y el primer campo de altura. Un itinerario complejo y bastante delicado que tiene el mayor grado de peligrosidad hacia la mitad. Escalera metálicas y cuerdas fijas facilitan el paso, pero en ningún caso restan su extrema dificultad. Otro de los tramos delicados del itinerario para la cascada de hielo del Khumbu es una zona de grandes grietas, algunas de más de 60 metros de profundidad, a tan solo veinte minutos del campo I. Después de haber pasado la noche a 6.060 metros de altura, los expedicionarios seguirán hoy su marcha hasta cerca del campo II, aunque no llegarán hoy.

Las banderas son de cinco colores que representan el cielo (azul), las nubes (blanco), las montañas (el rojo), la tierra (el amarillo) y el agua (el verde). Además, cada una de las banderas lleva inscrita una oración que el viento se encargará de aclarar. Una vez acabada la «sube», el lama que la ha oficiado cuelga del cuello de los asistentes un hilo de color naranja para la protección de la vida. Excepcionalmente, el hilo puede ser de color negro, en este caso la protección es mayor. Si la ceremonia la hace un lama principal («rimpoché»), su bendición puede llegar a toda la humanidad.

Éste será el nuevo reto a superar el próximo fin de semana, mientras que en un par de días los sherpas de altura lo dejarán instalado. Algunas de las imágenes que han ilustrado las crónicas de la expedición «Mallorca a dalt de tot. Everest 2005» han tenido como protagonistas las tradicionales banderas de oración. Incluso el día de oración en el Campo Base quedó instalada una con el fin de pedir en los «debes» de la montaña suerte y éxito en esta aventura. Hoy hemos pensado que sería interesante hablar de su significado. Todo empieza con las «pujas», ceremonias muy arraigadas a la cultura y religión budista, en las que normalmente se pide la protección de Buda para los familiares, en la realización de un viaje o la puesta en marcha de un negocio. Además de quemar un tipo de matorral aromático llamado «shukpa», durante la ceremonia se esparce harina de avena («sampa») y arrimo. Otro elemento característico de las «pujas» son las banderas de oraciones. Normalmente se instalan cinco líneas de banderas -una por cada punto cardinal- que se despliegan de forma radial desde el improvisado altar donde se hace la oración. Un tipo de oración permanente en recuerdo de los vivos o de los muertos, y para el bien de las acciones que se desarrollen en la actualidad.

Joan Carles Palos