Unos 300 alpinistas y sherpas esperan hacer cumbre en el Everest en
el próximo mes y medio. Para atender sus necesidades asistenciales
de salud, en caso de dolencia o accidente, existe en el campo base
un centro de urgencias médicas las 24 horas del día. Dos médicos de
medicina general son los encargados de prestar este servicio
durante la season climbing (temporada de escalada), de abril a
mayo. El improvisado hospital de campaña pertenece al Himalayan
Rescue Association (HRA), fundado hace más de 30 años para dar
cobertura sanitaria en las numerosas expediciones que se empezaban
a mover por el Nepal. Actualmente disponen de centros en los campos
base del Everest y el Anapurna, además de dos hospitales en las
localidades de Periche y Manang.
EL HRA se alimenta de médicos generalistas voluntarios de todo
el mundo, que se renuevan cada año. Actualmente, en el campo base
del Everest hacen sus prácticas los doctores Ann Jannsen y Frederic
Declerck, de Bélgica. Por 50 dólares, cualquier alpinista puede
beneficiarse de este servicio durante todo el tiempo de la
expedición. Los hospitales de campaña se encuentran equipados para
dar respuesta a cualquier urgencia, sobre todo las relacionadas con
el mal de altura. La doctora Jannsen nos explica que «las dolencias
respiratorias son las más habituales; aunque los accidentes y los
edemas, sin ser tan numerosos, precisan de una intervención
inmediata y, en la mayoría de los casos, se opta por la evacuación
inmediata con helicóptero». Con cuatro años de experiencia en la
HRA, la médico reconoce que este año es uno de los más
tranquilos.
A pesar de eso, en el momento de escribir esta crónica, nos llegan
noticias de un accidente. Parece ser que un escalador canadiense se
ha roto una pierna bajando la cascada de hielo del Khumbu, una de
la zona de seracs más peligrosas del recorrido. Una brigada de
sherpas ha salido de inmediato para socorrer al alpinista que, por
las noticias de las que disponemos, se encuentra fuera de peligro y
es atendido por sus compañeros de expedición. Muy probablemente, el
herido sea evacuado rápidamente en cuanto llegue al campo base.
La expedición «Mallorca a dalt de tot. Everest 2005» empieza a
presentar problemas de salud, que aun no siendo preocupantes, han
frenado la marcha del grupo. Ayer, Tolo Calafat tuvo que retirarse
del campo I por una dolencia gastrointestinal, más molesta que otra
cosa. Es muy probable que en dos o tres días, si no es antes, se
haya recuperado. Otro de los expedicionarios que sufren mucho es
«Jopela». Cuando parecía que remitía su mal de espalda, ahora una
fuerte bronquitis le está restando capacidad respiratoria, hecho
que le obliga a caminar a paso de «tai-chi», como comentan con tono
humorístico los dos únicos componentes que han sobrevivido a la
«tragedia», «Oli» y Tolo Quetglas. Menos mal que tenemos el
hospital de campaña cerca. Sin embargo, ahora vienen un par de días
de descanso para la expedición, que tiene previsto instalar el
campo II, hacia 6.600 metros de altura, el próximo fin de
semana.
La tensión va a más cada día, ya que cada vez están más cerca los
días «cumbre» de esta expedición, que puede hacer historia en el
mundo del alpinismo mallorquín.
Joan Carles Palos
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