«España se escribe con ´e´ de envidia»

-Usted protagonizó «Confesiones de mujeres de 30», ¿es ésta la edad de «Ganar, perder o empatar»?
-A partir de los 30 años empezamos a ganar. Tenemos más formación y más armas. La madurez nos hace apostar mejor.

-¿Qué le ha aportado a Cati Solivellas la madurez?
-Ahora sé lo que quiero pero, sobre todo, lo que no quiero. La experiencia nos muestra que podemos elegir varios caminos y sólo de nosotros depende tomar el equivocado, sabíamos con qué piedras íbamos a tropezar. Es la edad de decidir si seguir tropezando o caminando por derroteros más seguros.

-En la obra se habla de las madres que proyectan sus frustaciones en los hijos. ¿Por qué los actores son tan reticentes a que sus hijos sigan sus pasos?
-Sólo se puede aguantar la injusticia y la mezquindad de esta profesión si tienes un carácter muy fuerte y una vocación total.

-¿Cree que este nuevo reto será un puntal en su carrera?
-Creo que es lo mejor que he hecho. Es un producto buenísimo y, en Barcelona y en Madrid, que están más acostumbrados al texto de repertorio, creo que lo acogerán muy bien.

-¿Quiere decir que aquí, culturalmente, tenemos las carencias propias de cierto provincianismo?
-¡No, no! Los mallorquines nos hemos espabilado mucho pero Mallorca podía ser la Ciudad Cultural del Mediterráneo y está muy lejos de serlo. La cultura sigue sin interesar.

-Y los buenos actores, en lugar de luchar aquí, os marcháis a Cataluña ...
-Aquí tenemos a un genio que se llama Miquel Barceló y, mira por donde, la figura que representa a Mallorca es Claudia Schiffer. Hemos apoyado a Chenoa pero jamás al gran cineasta mallorquín Agustí Villaronga.

-Menos mal que las actrices consolidadas vuelven a nuestras tablas como vosotras.
-Pep Tosar, Miguel Gelabert, Assun y yo nos lo hemos trabajado pero no seremos jamás profetas en nuestra tierra. España se escribe con «e» de envidia. Yo llevo 17 años trabajando como actriz y aún me cuesta denominarme de este modo.

-En cambio a otras se les llena la boca...
-Si hiciese una obra de teatro con Belén Esteban, se agotarían las entradas.

-¿Cómo se definiría como actriz?
-Soy muy poliédrica, tanto como mi rostro, y camaleónica. Puedo hacer papeles de chicas serias y de tontitas buenorras.

-Para estar buena y bella hay que cuidarse. ¿Lo hace?
-En Madrid tengo entrenador personal.

Eugenia Planas