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Jopela» regresó ayer al campo base tras pasar un par de días en Dingboche, donde parece que se ha recuperado bastante bien de su afección pulmonar. A pesar de eso, el antibiótico que ha tomado estos últimos días le ha debilitado un poco y todavía tose con insistencia. A pesar de eso, su intención es incorporarse al grupo en el proceso de ataque a la gran montaña, tan pronto como le sea posible. Por su parte, «Oli» y «los dos Tolos» (Quetglas y Calafat) llegarán esta tarde después de haber alcanzado el campo II, a 6.400 metros, justo en medio del valle del Silencio. La expedición «Mallora a dalt de tot. Everest 2005» continúa dando pasos hacia la cima, a pesar de los pequeños tropiezos que van surgiendo. La vida en este rincón del glaciar del Khumbu no permite excesivos lujos. La sencillez es la norma que rige en la «ciudad de nilón». A pesar de eso, a la hora de merienda, comida o cena, uno siempre puede encontrarse alguna pequeña sorpresa gastronómica, como un pastel de manzana, una pizza variada o una tortilla con patatas. También están las «delicatessen» propias de la cocina nepalí, como el «sherpa skou» (una potente sopa de verduras, carne y patatas) y el famoso «dal bath» (arroz con puré de lentejas).

Y ¿quién es el responsable de «la buena cocina» en el campo base? Un nepalí nacido hace 37 años en Kharikhola, en la región del Solu Khumbu. Su nombre es Nama Wongdi Sherpa, es padre de dos niñas, de 14 y 9 años respectivamente, y de un niño de seis, y desde 1996 se dedica a hacer de cocinero para las expediciones que llegan al Himalaya, después de haber ejercido de sherpa de altura durante diez años. El trabajo de Nama sólo lo ocupa durante seis meses al año -actualmente no tiene otra ocupación más que ésta- y con lo que gana -no quiere revelárnoslo- dice que tiene lo suficiente para mantener a toda la familia en Katmandú. A pesar de eso, su exquisita amabilidad hace que no pierda nunca la sonrisa. Incluso en las mañanas, cuando las temperaturas todavía se encuentran bajo cero y todos aparecemos al mismo tiempo en la tienda comedor con hambre, él nos ofrece «a la carta» unas magníficas tortillas con queso, capaces de hacer revivir a un muerto, o los irresistibles «pancake».

Nama es el responsable de organizar toda la intendencia de la expedición mallorquina en el campo base. Tan sólo cuenta con dos ayudantes, los cuales procuran que no falte nunca el té o el agua caliente para las infusiones durante el día. Para que todo eso sea ahora posible, hasta 55 yacks tuvieron que cargar desde Namche Bazar las poco más de tres toneladas de material, entre comida, tiendas, fogones y un largo etcétera de utensilios de cocina, entre otras cosas, necesarios durante estos dos meses de expedición. En cuanto a la marcha de ésta, es muy probable que a principios de mayo el grupo deje instalado el campo III, a 7.200 metros de altura, mientras cada uno de los miembros continúan con su proceso de aclimatación. Hasta mediados de mes no se sabrá la fecha precisa para coronar la cima, prevista inicialmente para el día 22.

Joan Carles Palos