El «Craweler», de bandera croata y 106 metros de eslora, aparece en la bocana del Port de Sóller, junto al faro. Foto: PERE BOTA

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El barco-plataforma «Craweler», de bandera croata, aunque adscrito a una empresa italiana, llegó ayer al Port de Sóller para instalar el tramo submarino de la conducción de agua de la Font del Verger, en sa Costera. Esta enorme barcaza, de 106 metros de eslora y 21 de francobordo (altura entre la línea de flotación y la cubierta), a cuyo mando se encuentra un capitán griego, trabajará durante cinco días a partir de hoy en el Port de Sóller, por lo que en este tiempo se restringirá el tráfico marítimo en la bahía sollerica con excepción de las «golondrinas» de turistas entre las 11.30 y las 15.30 horas. Las barcas de pesca de artes menores permanecerán amarradas y los barcos de arrastre (de bou) ya han trasladado su base al Port d'Andratx para estos días. Unas y otras serán indemnizadas por la adjudicataria de las obras de sa Costera, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), que es a su vez la que ha contratado los servicios del «Craweler».

Tras los cinco días en la bahía del Port de Sóller, la barcaza trabajará durante otros 15 días entre la bahía y la propia fuente de sa Costera, colocando una tubería submarina que totalizará 9,6 kilómetros de longitud, a un ritmo medio de unos 500 metros al día, trabajando por turnos las 24 horas. La plataforma instalará unos 800 tramos de tubería de 12 metros de longitud cada uno y un metro de diámetro. El «Craweler» ya tiene a bordo un importante cargamento de estos tramos de tubería, pero no puede llevarlos todos, por lo que será necesario que otra embarcación le trasvase los que faltan desde el Port d'Alcúdia, donde están depositados tras ser traídos desde una acería de Dunquerque (Francia).

El «Craweler» debía llegar a Mallorca anteayer, procedente de Turquía, pero las inclemencias meteorológicas le han obligado a arribar con un día de retraso que se acumula a otro anterior de una semana. Una grúa de más de 60 metros de altura, en popa, le sirve para cargar desde otro barco los tramos de tubería, mientras que otra más pequeña, en estribor, los une y deposita en el fondo marino. La barcaza puede ser operativa incluso con olas de 7 metros de altura y ayer se dedicó a los preparativos de los trabajos que iniciará hoy mismo, presumiblemente por la tarde. Aunque los 9,6 kilómetros de tramo submarino pueden estar concluidos en unas tres semanas, la verdad es que la operatividad de toda la conducción (45 kilómetros hasta Son Pacs, en Palma) no será una realidad hasta 2006. El presupuesto es de 56,4 millones de euros. El proyecto fue declarado de interés general hace 13 años, con el socialista Josep Borrell como ministro de Obras Públicas.