El príncipe de Asturias escuchó ayer las intervenciones de la
totalidad de los consellers y conselleras del Govern balear en la
sala donde cada viernes se reúne el Ejecutivo de las Islas.
Don Felipe escuchó las intervenciones (ninguna se prolongó más
de seis minutos) pero no formuló ningún comentario ni planteó
ninguna cuestión. La agenda de la visita era muy apretada y su
ayudante le avisó de que iban con el tiempo muy justo. Como hiciera
nada más empezar la reunión, don Felipe dio las gracias por todo;
por el recibimiento, por la posibilidad de presidir el Govern y por
el trato que siempre ha recibido en Balears.
A su regreso de Cort, acompañado por Matas, subió a la sala
donde se celebran los Consells de Govern. Allí les esperaban, en
pie, los consellers y conselleras.
Se sentaron y Matas cedió la presidencia a don Felipe. El
president se sentó a su derecha y el conseller d'Hisenda, Miquel
Ramis, a su izquierda.
Jaume Matas fue muy breve y se encargó de las presentaciones. La
primera en intervenir fue la vicepresidenta Estaràs. Nadie llevaba
pepeles a mano. Todos explicaron sus proyectos sin apoyarse en un
texto escrito.
Don Felipe no estuvo acompañado en este acto de su esposa, doña
Letizia, que se trasladó a Marivent a descansar.
En la reunión de ayer no se tomó ningún acuerdo. No era el caso,
según expresaron fuentes del Ejecutivo que insistieron en resaltar
la importancia del hecho ya que es la primera vez que se celebra un
acto de estas características.
Todos los representantes del Ejecutivo destacaron el profundo
conocimiento del príncipe de Asturias sobre la realidad balear. El
Govern de las Islas ya había remitido la semana anterior a la Casa
Real un completo informe sobre la realidad de la comunidad
autónoma.
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