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«Debemos ser conscientes de que Mallorca, como todas las Islas, tiene un territorio y unos recursos medioambientales limitados y que es responsabilidad de todos poder legar a las generaciones venideras este patrimonio natural. Además, Mallorca tiene un rico patrimonio artístico y cultural atesorado durante siglos con una lengua, una historia y unas tradiciones propias». Es uno de los mensajes más relevantes del discurso que ayer por la tarde pronunció el príncipe Felipe en el acto oficial celebrado en la sede del Consell de Mallorca, en el que aseguró que tanto la Princesa como él mismo llevan la Isla «en el corazón y podéis estar seguros de que así seguirá». El Príncipe citó a Mario Verdaguer y al Arxiduc Lluís Salvador para alabar «la grandeza» y el «profundo secreto de la Isla de Oro». En un acto al que acudieron el gobierno insular, los miembros del Consell y los alcaldes de la Isla, el heredero de la Corona insistió en que corresponde a todos hacer un esfuerzo para mantener tanto el patrimonio natural como cultural y alertó de que, cada vez que un componente de ambos se pierde «todos lo perdemos definitivamente».

La intervención de don Felipe puede calificarse de histórica -de hecho, así se refirió a ella la presidenta del Consell de Mallorca- ya que es la primera ocasión en la que un miembro de la Casa Real visita la sede del que fue el Gran i General Consell. Para certificar la importancia del momento, don Felipe quiso realizar parte de su discurso en catalán, para recordar que Mallorca también forma parte de su vida. El Príncipe se refirió a la realidad de los mallorquines y las raíces profundas que se hunden en la historia de Mallorca, como simbolizan Joan Alcover y Costa i Llobera en «La Balanguera». Precisamente por esta simbología, agradeció «de todo corazón» que el Consell le entregara precisamente una escultura de este poema como obsequio por su visita.

Don Felipe insistió en la vocación de los mallorquines por preservar su identidad y destacó que en las Islas se ha podido recuperar el tradicional modelo de organización insular, tras integrarlo en la Constitución. Consideró que el éxito de esta recuperación consiste en proporcionan una administración «que ejerza con eficacia su función de interlocutora cercana a la realidad de los diferentes municipios» y al mismo tiempo constituirse como «entidad colaboradora necesaria de los organismos de autogobierno que componen el conjunto de Balears».