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Más de un centenar de personas, concretamente 116, acompañaron ayer a los Príncipes de Asturias en la comida que se celebró en el Hotel Melià Victoria y que congregó, a sus puertas, a un gran número de periodistas y curiosos. Desde antes de las 14 horas una abundante presencia policial dejaba constancia del nivel del encuentro. Antes de iniciarse la comida, en la que no hubo discursos, se sirvió un cóctel en la terraza del hotel. Sobre las mesas, una selección de diez vinos mallorquines: dos blancos y ocho tintos. La idea de presentar esta selección de vinos fue del president Jaume Matas, según fuentes de la asociación de viticultores que preside Ramón Servalls, nieto de Macià Batle. Don Felipe y doña Letizia llegaron acompañados del president Matas y del delegado del Gobierno, Ramon Socías. Nada más llegar a la terraza donde se celebraba el aperitivo, el president les invitó a que eligieran un vino. Don Felipe optó por uno blanco, la Princesa de Asturias no tomó ninguno. Señaló que prefería esperar a la comida.

Según testigos presenciales, el Príncipe se mostró como un gran conocerdor de los caldos mallorquines. Explicó que él suele tomar, en este tipo de situaciones, vino blanco y que le gusta que esté muy fresco, sobre todo en jornadas como la de ayer. Fue durante el aperitivo cuando se produjo el momento de mayor contacto entre los Príncipes y los invitados. Jaume Matas iba presentando a la real pareja a todas las personas allí congregadas.

Además de la totalidad del Govern; del delegado del Gobierno, Ramon Socías; de la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; del presidente del Parlament, Pere Rotger, y el resto de la Mesa; de las presidentas de los Consells de Mallorca y Menorca, Maria Antònia Munar y Joana Barceló; del presidente del Consell de Eivissa, Pere Palau, y de cargos de las tres instituciones insulares, también acudieron portavoces de los partidos políticos, la totalidad de alcaldes de Mallorca y representantes de la vida militar, judicial y sindical. Las organizaciones empresariales y sociales también figuraban en la lista de invitados, así como de la Iglesia y los medios de comunicación, entre ellos Pere Serra, presidente del Grup Serra.