Que Balears es una primerísima potencia en materia turística es
algo en lo que todos estamos de acuerdo. Y también resulta obvio
que los aeropuertos de acceso a las Islas tienen un papel
fundamental en el éxito del negocio turístico. Las instalaciones
aeroportuarias son el portal de entrada y salida de más de veinte
millones de personas cada año. Pero son mucho más. Son entidades
enormes, de gran complejidad, que generan centenares de puestos de
trabajo y un movimiento económico astronómico, y ante todo, el
punto de conexión de las Islas con el resto del mundo.
Hasta hoy el funcionamiento de los aeropuertos españoles depende
en exclusiva de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), un
ente estatal que tiene en Barajas, El Prat y Son Sant Joan las
joyas de su corona, por el gigantesco movimiento que generan los
tres aeropuertos más utilizados de España.
Sin embargo, siendo Balears una potencia turística, todos los
sectores implicados en esta actividad reclaman una parte de la
gestión aeroportuaria, que podría descentralizarse de este modo sin
perder, desde luego, la conexión con AENA y con el Estado. La
creación de un comité asesor aeroportuario supone dar los primeros
pasos en esta dirección. Al margen de cualquier consideración
política -supondría, obviamente, obtener mayores competencias para
Balears-, lo cierto es que nuestra Comunitat Autònoma tendría que
poder participar en la gestión de uno de los elementos clave, no
sólo para la marcha de la economía local, sino también para
garantizar el bienestar de la sociedad entera, siendo como somos
una comunidad insular. La unanimidad de criterios de todas las
instituciones implicadas es una excelente noticia que dará base a
una reivindicación lógica y necesaria.
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