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Mª SOLEDAD ORCOYEN GOÑI
Playas, cuevas, villas, montañas, museos, campos de golf, parques y rutas naturales forman parte de la diversa oferta turística de Cantabria. Su estratégica ubicación geográfica hace que esta región cuente con los recursos naturales idóneos para garantizar al visitante una amplia gama de actividades de las que disfrutar. Desde que en febrero Iberia Regional Air Nostrum pusiera en marcha la ruta Santander-Palma de Mallorca con seis vuelos semanales -martes, jueves, sábado y domingo-, han sido numerosos los cántabros y mallorquines que se han desplazado para descubrir la diversidad y calidad de la oferta turística de ambas comunidades.

Melchor Bosch se define como un cántabro nacido en Mallorca y afirma: «me encanta el paisaje y el paisanaje, he hecho grandes amigos en poco tiempo». Casado, con tres hijos y tres nietos, Melchor añora su familia, a la que -ahora que hay vuelos directosvisita con asiduidad-. Para este mallorquín la vida en la capital cántabra es diferente a la de Ciutat aunque: «Santander me recuerda a Palma cuando era niño. En aquella época era íntima y señorial». Desde el punto de vista turístico Bosch distingue: «Cantabria es una comunidad que, a diferencia de Mallorca, es visitada por turistas nacionales. Además, los turistas de esta comunidad pasan periodos vacacionales más largos, de hasta dos meses». Si para el que fuera director del Hotel Son Vida, dirigir el Hotel Real es «algo maravilloso», qué será disfrutar de una Cantabria infinita.

Además de los más de 220 kilómetros de costa, la riqueza subterránea de Cantabria y el Museo de Altamira -ubicado en Santillana del Mar, villa medieval declarada Monumento Histórico Artístico Nacional-, en el corazón de los Picos de Europa se encuentra el teleférico de Fuente Dé, que sitúa al viajero a 1.850 metros. El Parque de la Naturaleza de Cabárceno, que acoge en semilibertad a más de 1.000 animales de todas las comunidades zoológicas de la tierra, complementa la oferta de esta comunidad. Santander fue, durante el primer cuarto de siglo, el lugar de veraneo de la Familia Real, y para satisfacer las exigencias de la nobleza y clientela de alta alcurnia que rodeaba la figura del Rey se construyó el Hotel Real, hoy de la cadena HUSA. Su director, Melchor Bosch, dirigió durante nueve años el Hotel Son Vida y fue de los primeros españoles en dirigir un hotel en Shanghai (China). Bosch dirige desde hace cuatro años el Hotel Real, un edificio histórico que forma parte de la vida y el paisaje de Santander.