Lo sentimos mucho después de todo el apoyo que hemos recibido,
de la confianza que han depositado en nosotros instituciones
públicas y privadas, sin embargo la situación no nos permite
continuar», explicó ayer Tolo Calafat.
La expedición mallorquina al Everest ha decidido finalmente
abandonar y renunciar a su asedio a la gran montaña, a pesar del
rayo de esperanza que se desprendía de algunas de las últimas
previsiones. Ha sido una decisión difícil, muy discutida, en cierta
manera dramática, y en algún momento han brotado las lágrimas de
impotencia.
«Sinceramente, no me voy satisfecho. Pero hasta hoy nadie ha
conseguido coronar la cima por la ruta sur y los que lo han
intentado han vuelto con graves problemas de congelación. Además,
las condiciones de viento no han mejorado a partir de los ocho mil
metros, la cascada se está licuando y se acerca el monzón. La cosa
se ha complicado de tal manera que con una dudosa posibilidad de
coronar la cima a principios de junio nos jugamos la vida de mala
manera», añadió Tolo Quetglas. Eran las 15.30 horas y en la tienda
comedor había caras tristes. Oli leía en el ordenador, en presencia
de sus compañeros, la última previsión meteorológica obtenida de
una de las fiables y prestigiosas webs de expediciones, «Adventurer
Weather». El escalador aragonés Carlos Pauner y su compañero de
cordada, Javier Pérez, también estaban presentes. Los datos son
bastantes claros. Hasta el día 1 de junio no se empiezan a perfilar
unas variables que hagan pensar en una hipotética ventana. En
cuanto a la temperatura en la cima, ésta se mantiene en torno a los
23º bajo cero, mientras que la mínima en el campo base se ha
incrementado cinco grados en las últimas 48 horas.
Para Oli, su preocupación no es tanto «que nos la jugamos por
una cascada de hielo peligrosa e inestable, además de unas
condiciones de viento infames a partir del cuello Sur hasta la
cima. Sino que en este juego también entran los sherpas, y pensamos
que tampoco sería ético arriesgar su vida de manera gratuita».
La expedición inicia hoy la organización de su vuelta a
Katmandu, donde está Jopela desde hace más de quince días a la
espera del grupo. Aunque tienen un vuelo concertado para el 10 de
junio, es muy probable que intenten adelantarlo.
Joan Carles Palos
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