La capital de la Vall conserva una de las tradiciones con más
encanto en la festividad del Corpus Christi. Se trata de los
tapices florales que elaboran con exquisito gusto las solleriques
en las calles por donde pasa la procesión con el Santísimo. Entre
los que despertaron un mayor interés entre el público están los de
la calle d'en Batach y Sant Jaume. En el primero, trabajaron el
tapiz el grupo formado por las hermanas Margarita y Ana Bernat
Palou de Can Fio, Paula Forteza de Can Bibi, Margalida Ferrer d'en
Jordi Barbero, Paquita Peláez y Encarna Hernández, entre otras.
Aina Bernat señaló que «desde 1975 los vecinos nos juntamos para
hacer el tapiz del Corpus. Quince días antes nos reunimos para
decidir el dibujo ya que cada año procuramos sea diferente. Primero
colocamos un lecho de serrín de unos 10 centímetros y lo mojamos
con agua y luego vamos colocando hojas y flores formando dibujos.
Para el lecho verde empleamos hoja de pino y hiedra, y en los
dibujos intervienen los claveles y la emblemática buganvilia color
fucsia. En el principio y final de la calle es donde figuran los
detalles más complicados. Este año formamos una paloma de la paz y
un cáliz».
«Trabajar el tapiz floral -afirmó Aina Bernat- conlleva empezar
temprano a las 8 de la mañana y acabar sobre las cinco de la tarde.
Para ello contamos con el Ayuntamiento, que cuida de cerrar la
calle». En la calle Sant Jaume el equipo de Margarita Capó realizó
un vistoso cáliz con claveles rosas, blancos y amarillos sobre
lecho de pino y rodeado con círculo de buganvilia. El situado
frente a la iglesia lo elaboró el equipo de Margalida Socías de Can
Toni Barbero, que son miembros de la cofradía deSancristet del
Convent. Su arte es un legado de la vecina catalana, ya fallecida,
Nuria Castells.
Amalia Estabén
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