Las cuatro futuras desaladoras de Balears (Ciutadella, Alcúdia,
Andratx y Santa Eulària) deberán aplicar medidas para evitar
efectos negativos sobre las praderas de Posidonia oceanica en los
puntos donde se vierta la salmuera (agua sobrante del tratamiento
desalinizador, con altísimos contenidos de sal).
Los informes de impacto ambiental emitidos por la Comissió
Balear de Medi Ambient, que serán recogidos por el Ministerio de
Medio Ambiente (financiador de los cuatro proyectos), establecen un
mayor número de tuberías difusoras de la salmuera en el fondo
marino y, previamente a este vertido, mezclar la salmuera con agua
de mar para facilitar su disolución.
Estos informes serán incluidos en el estudio definitivo de
impacto ambiental, elaborado por el Ministerio, para que los
proyectos sean entregados a Bruselas antes del próximo 30 de junio
si se quiere optar a la financiación europea prevista: 37 millones
de euros para la construcción de las cuatro desaladoras. En
general, los informes de la Conmissió Balear de Medi Ambient son
favorables, pero con una serie de prescripciones, de las que las
más importantes se refieren a la salmuera.
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