Los voluntarios son personas mayores que han participado en la aulas de nuevas tecnologías. Foto: TERESA AYUGA

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Favorecer la relación intergeneracional, fomentar la lectura y crear un espacio de relación y comunicación que potencie el papel activo de los mayores en la sociedad, con actividades de voluntariado. Éstos son los objetivos de las actividades «El Quijote no tiene edad», con motivo del 400 aniversario de la publicación de la obra de Miguel de Cervantes, que se desarrolla desde ayer en los centros de la tercera edad de la Obra Social de La Caixa. Durante los meses de verano, las ciberaulas de estos centros abren sus puertas a los más pequeños para que juntos compartan las aventuras del hidalgo, a través de la web www.educalia.org. Este proyecto se desarrollará en el centro de personas mayores de Es Fortí, el de Avenida Argentina, el Reina Sofía de Palma y el Ciutadella de Menorca. En todo el país, participarán 549 centros de mayores, que en unos casos son propios y en otros conveniados con instituciones públicas, como el Govern balear, en el caso de las Islas.

Hay seis actividades distintas, dirigidas a las personas de todas las edades. «El pequeño Quijote» es una versión reducida de la extensa obra que, con un marcado componente lúdico y educativo, profundiza en la figura universal de El Quijote. En el concurso «Buscamos un nuevo Cervantes» se da la posibilidad a los participantes de terminar algunas de las aventuras más famosas del hidalgo como el ataque de los molinos y el amor de Dulcinea. «Rocinante en línea», el famoso caballo rompe su silencio y se decide a responder las preguntas de los internautas. «Ilustrar el Quijote» fomenta la capacidad creativa para todos aquellos que no quieran escribir sino dibujar. En «Descubre la historia», se compara a Don Quijote con Superman.

Y por último, «Rutas por España» es una de las actividades que más éxito tiene, ya que los internautas pueden ubicar las historia de la famosa obra en los lugares que ellos quieran. Así, durante la presentación que tuvo lugar ayer, los niños Jaime y Juanjo lo situaron de Jornets a Costitx. José Triay, presidente de los voluntarios, señaló que estas ciberaulas hace que la gente mayor se sienta útil enseñando a los niños, además «se estrecha la relación entre estas dos generaciones».

Samantha Coquillat