El conseller de Turisme, Joan Flaquer, inició ayer la ronda de
visitas que cada año realiza a las zonas turísticas de la Isla para
conocer las inquietudes empresariales y el desarrollo de la
temporada. Cala Major y la Platja de Palma fueron los primeros
enclaves elegidos, en los que el conseller aprovechó para lanzar el
mensaje institucional del Govern durante este verano al sector
hotelero. Así, Flaquer comunicó de forma oficial a las juntas
directivas hoteleras de ambas zonas que «sean firmes en el
mantenimiento de precios en los meses de temporada alta y no entren
en la espiral de las ofertas».
Con estas palabras, el Govern quiere cortar de raíz la
estrategia en la que han entrado algunos empresarios hoteleros de
Mallorca, que están comercializando las camas a 18 y 20 euros por
día en julio y agosto, con el consiguiente impacto negativo en
materia de gasto turístico.
Los hoteleros de Cala Major, cuya asociación preside Francisco
García Carbonell, le pidieron que se arregle la playa de Sant
Agustí, al mismo tiempo que le comentaron que la ocupación será
mejor que en 2004. Por contra, los hoteleros de la Platja de Palma,
que están presididos por Francisco Marín, expresaron su
preocupación por el desarrollo del Plan de Reforma Integral de la
zona y que se plasme «algo concreto, como la prolongación de las
obras del boulevar, porque para este invierno queremos que se
plasme algo tangible y que se pueda ver, porque la Administración
es muy dada a presentar grandes proyectos».
Y respecto al mensaje de Flaquer, Marín afirmó: «Sólo falta que
tengamos overbooking a precios de oferta, sería el colmo para la
zona y para la propia imagen de la Isla». Y añadió que las
previsiones de ocupación son «optimistas».
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