«Trabajar sobre un abanico permite, por una parte, popularizar la
imagen artística y, por otra, ponerle arte a los objetos
cotidianos». Además, según Joan Bennàssar, protagonista de la
octava entrega de la promoción Estiu d'Art, que patrocina el
Consell, el abanico se transforma en «una pieza única». Su
propuesta podrá adquirirse mañana y el domingo con el ejemplar de
Ultima Hora.
«Decidí decantarme por la temática amorosa porque el abanico en
sí mismo tiene un lenguaje gestual muy sensual». Cuando le
propusieron participar en la iniciativa, tuvo muy claro qué
pintaría: una pareja. «Hice sólo un dibujo». Un dibujo al que
trasladó toda su filosofía vital. «Intento vivir mi vida con
cariño. Podríamos decir que el mundo es injusto pero debemos
sobrevivir». Y, para sobrevivir, la mejor opción es decantarse por
«ser feliz». «Siempre hay que apostar por algo, buscar en nuestro
interior y encontrar aquello por lo que vale la pena luchar. En el
fondo, las cosas son más sencillas de lo que parece».
De ahí que Bennàssar prefiera dejar de lado el denunciar las
injusticias de la humanidad y prefiera, sencillamente, pintar. «La
civilización occidental está en decadencia. Sin embargo, vivimos un
momento en el que existe la libertad de poder hacer lo que uno
quiera o, como mínimo, soñarlo». Aún así, «en el arte queda poco
por descubrir». «Las grandes obras están creadas. Un pintor debe
conformarse con dominar su medio».
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