Es Trenc se convierte en un auténtico hervidero de gente los domingos. FOTO: JOANA PÉREZ

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Es Trenc es para los domingos. Muchos son los ciudadanos de la Isla que aprovechan este día para tomar el sol en una de las playas más emblemáticas de la Isla. Ayer, pese a la ola de calor, no fue una excepción. A las 12.00 horas, ya se preveía el lleno que presentaría esta zona, debido a las numerosas colas que se formaron en las distintas entradas de la playa. El calor era insoportable pero la gente no desistía. Tras llegar a los aparcamientos de la zona, cuyo precio es de 4,50 en ses Covetes y de 5 euros en es Trenc por coche, los domingueros andan unos cinco minutos hasta llegar a la playa. Después, una misión casi imposible: encontrar un hueco donde extender la toalla. Algunos, los más cómodos, se agolpan en la orilla mientras que otros deciden buscar un lugar mejor y andar hacia los extremos de la playa.

Tras encontrar el lugar idóneo, hay que decidir entre alquilar una hamaca o pasar con la toalla. Muchos de las personas que acuden a esta playa se quejan del excesivo precio de las hamacas, desde 5 euros hasta 11 euros si alquilas dos hamacas y una sombrilla. El siguiente gasto es la comida. Pero, lo cierto es que la gente que acude a Es Trenc va más que preparada. Nevera bajo el brazo, bolsas llenas de comida, mesas y sillas de playa además de sombrillas son la principal alternativa a los abusivos precios de los chiringuitos y restaurantes de la zona. Por ejemplo, una tapa de queso cuesta 7 euros, una tortilla 7,50, un sencillo plato combinado 10,50, y una paella va desde los 11 hasta los 14,30 euros por persona. La familia García Aroca señala que, a pesar de los precios, les encanta venir a esta playa por lo limpia que está y la poca profundidad que presenta el agua. Para Mónica y Manolo, uno de los aspectos negativos es la cantidad de barcos que fondean en esta zona.

Samantha Coquillat