Es Trenc es para los domingos. Muchos son los ciudadanos de la
Isla que aprovechan este día para tomar el sol en una de las playas
más emblemáticas de la Isla. Ayer, pese a la ola de calor, no fue
una excepción. A las 12.00 horas, ya se preveía el lleno que
presentaría esta zona, debido a las numerosas colas que se formaron
en las distintas entradas de la playa. El calor era insoportable
pero la gente no desistía. Tras llegar a los aparcamientos de la
zona, cuyo precio es de 4,50 en ses Covetes y de 5 euros en es
Trenc por coche, los domingueros andan unos cinco minutos hasta
llegar a la playa. Después, una misión casi imposible: encontrar un
hueco donde extender la toalla. Algunos, los más cómodos, se
agolpan en la orilla mientras que otros deciden buscar un lugar
mejor y andar hacia los extremos de la playa.
Tras encontrar el lugar idóneo, hay que decidir entre alquilar
una hamaca o pasar con la toalla. Muchos de las personas que acuden
a esta playa se quejan del excesivo precio de las hamacas, desde 5
euros hasta 11 euros si alquilas dos hamacas y una sombrilla. El
siguiente gasto es la comida. Pero, lo cierto es que la gente que
acude a Es Trenc va más que preparada. Nevera bajo el brazo, bolsas
llenas de comida, mesas y sillas de playa además de sombrillas son
la principal alternativa a los abusivos precios de los chiringuitos
y restaurantes de la zona. Por ejemplo, una tapa de queso cuesta 7
euros, una tortilla 7,50, un sencillo plato combinado 10,50, y una
paella va desde los 11 hasta los 14,30 euros por persona. La
familia García Aroca señala que, a pesar de los precios, les
encanta venir a esta playa por lo limpia que está y la poca
profundidad que presenta el agua. Para Mónica y Manolo, uno de los
aspectos negativos es la cantidad de barcos que fondean en esta
zona.
Samantha Coquillat
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