El teniente de alcalde de Urbanisme, epopular Javier Rodrigo de
Santos, firmó ayer, a última hora de la mañana, un decreto que
ordena «en garantía de la seguridad de personas y bienes» la
suspensión cautelar de las obras de demolición previstas en el
inmueble ubicado en el número 20 de la calle Alférez Llobera
Estrades, situado justo al lado del patio del colegio Manjón, que
ha sido dividido en dos partes con una valla de madera por los
propietarios del solar en donde se ubica el patio. Dichas obras,
que contaban con la preceptiva licencia, sólo se podrán llevar a
cabo los fines de semana y los días festivos, es decir, fuera del
horario lectivo. En caso de incumplimiento de dicho decreto, la
Policía Local precintará «las instalaciones y los elementos
auxiliares de la construcción».
Además, De Santos anunció que las obras de construcción de un
nuevo edificio en dicho solar, una vez acabada la demolición del
antiguo, sólo se podrán llevar a cabo cuando no haya actividad
escolar en el colegio Manjón, es decir, en los meses de verano.
Cort respondía, de este modo, a la petición hecha por los padres
y madres de los alumnos del centro escolar durante esta semana y en
especial en el transcurso del pleno municipal celebrado ayer,
exigiendo la paralización inmediata de las obras de demolición del
edificio contiguo al colegio para preservar la seguridad de sus
hijos. De Santos pidió ayer disculpas a los padres «por no haber
actuado con mayor celeridad en este caso».
El pleno tuvo un desarrollo diferente al previsto en un
principio. Los padres y madres de los alumnos del colegio Manjón
entraron en el salón de plenos de Cort al inicio de la sesión y
mostraron cartulinas en las que exigían «seguridad» para sus hijos.
En el orden del día no había ningún punto en el que estuviera
previsto hablar sobre la problemática que vive dicho colegio ahora,
si bien el portavoz de EU-EV, Eberhard Grosske, pidió entonces a la
alcaldesa, la popular Catalina Cirer, que, con carácter
extraordinario, permitiese que se pudiera debatir sobre este
asunto.
La alcaldesa consultó entonces con el secretario de Cort, Agustí
Estela, para saber si ello era posible, y él dijo que sí, según
recoge el artículo 82.3 del Reglamento de Organización,
Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales. De este
modo, además de Grosske, intervinieron el portavoz del PSOE, Antoni
Roig; el portavoz del PSM, Pere Muñoz, De Santos y la propia
alcaldesa, mostrando todos ellos su apoyo a los padres y madres
allí presentes, aunque discreparon sobre la idoneidad de que se
hubiera introducido un nuevo punto no previsto en el orden del
día.
Tras el debate, la alcaldesa, viendo que todavía había cierta
tensión entre los asistentes, decidió suspender el pleno durante
veinte minutos para hablar con ellos, junto con De Santos, fuera ya
del salón de plenos. Ambos explicaron las medidas de vigilancia que
había tomado ya el Ajuntament a primera hora de la mañana, que
seguían siendo consideradas insuficientes por los padres.
Finalmente, Cirer y De Santos se comprometieron a paralizar las
obras de inmediato «con carácter excepcional y para preservar la
seguridad de los alumnos».
Por la tarde, padres y madres de alumnos se desplazaron hasta el
colegio para comprobar el cumplimiento del decreto, que los
responsables de las obras de demolición dijeron no haber recibido.
Sin embargo, ante la insistencia de los padres, que criticaron la
actitud «hostil» de la Policía Local allí presente hacia ellos, los
trabajos previstos no se realizaron.
Por otra parte, la Conselleria d'Educació confirmó a los padres
que el centro permanecerá abierto hasta el curso 2008-09.
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