Así, pues, no puede realizarse ninguna estimación rigurosa del
volumen de la «población flotante», un concepto perenne en el
debate político, económico, territorial y ambiental en las Islas
Baleares.
La única cifra conocida es el número de entradas diarias de
pasajeros. Con esta limitación, resulta muy difícil apreciar la
incidencia que tiene la «población flotante» en «la producción de
residuos, el consumo eléctrico, la necesidad de servicios
sanitarios, etc.».
En el estado actual de la cuestión, tampoco puede realizarse una
aproximación rigurosa en el peso demográfico y en la aportación en
el Producto interior bruto del conocido como turismo
residencial.
En la negociación de un sistema de financiación justa, siempre
se ha aportado como argumentación que las infraestructuras de
Balears tienen que soportar una población muy superior a la que
figura registrada en el censo o en los padrones.
Sin negar esta evidencia, lo cierto es que tampoco cuando se
aborda la materia puede presentarse un recuento fiable.
Sin este dato, resultan dudosas las evaluaciones relativas en la
estancia de los pasajeros por vía aérea o en la estancia turística
media, datos fundamentales para seguir la evolución del sector
turístico. El Centro de Investigación Económica ha iniciado los
trabajos tendentes al establecimiento de la población flotante.
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