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Dos días después de que Franco falleciera, concretamente el 22 de noviembre de 1975, don Juan Carlos fue proclamado rey de España. En su discurso, el Monarca dio por iniciada «una nueva etapa de la historia de España». Han pasado 30 años y a día de hoy sabemos que sus palabras eran ciertas. Él, junto a Adolfo Suárez, que fue nombrado en 1976 presidente del Gobierno, fueron los protagonistas durante los primeros años de la Transición a la incipiente democracia española. Unos meses antes de ser proclamado, don Juan Carlos pasaba en Mallorca su último verano como príncipe de España, ya que al año siguiente volvería a la Isla ya como rey. Tenía quince años cuando vino por primera vez a la Isla. El 15 de agosto de 1953, los infantes don Juan Carlos y don Alfonso aterrizaron en el aeropuerto de Son Bonet, donde les esperaban las principales autoridades de Balears. La idea de que los infantes pasarán sus vacaciones en la Isla fue una decisión muy meditada por su padre, don Juan, que no quería que sus hijos veraneasen cerca de Franco. Tras pensarlo de forma detenida, el conde de Barcelona decidió que pasaran el estío en la casa de Paco Carvajal, un hombre al servicio de la monarquía, y que poseía una casa en la Isla. Los infantes se alojaron en las celdas de la Cartoixa de Valldemossa.

Tras ser proclamado Rey, don Juan Carlos inició una nueva etapa también en Mallorca. Empezó a recibir a distintintas autoridades nacionales e internacionales en Marivent, la residencia veraniega de la Familia Real y sede del jefe del Estado durante los meses de verano. Además, en el plano personal vio cómo poco a poco su familia cambiaba con el paso de los años y crecía con la llegada de nuevos miembros. Así, la infanta Elena se casaba con Jaime de Marichalar, Cristina con Iñaki Urdangarín y el príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz. Pronto llegarían los nietos, que llenarían de felicidad al Monarca. La más reciente, la pequeña Leonor, que podría convertirse en la futura reina de España, sucesora de su padre, el príncipe Felipe.

Fue un verano de excursiones, visitas, días de playa y navegación pero también de las primeras visitas oficiales y públicas que su condición le imponía. Aquel feliz verano acabó el 25 de septiembre y el último acto que protagonizaron los hermanos fue religioso, en la iglesia de Santa Eulàlia. En verano de 1958, don Juan Carlos visitó otra vez Mallorca. Llegó a bordo de un barco de la Armada, donde por la noche se celebró una fiesta en honor del Príncipe. Durante la Semana Santa de 1967, don Juan Carlos y su ya esposa, doña Sofía, vinieron a la Isla, como hacían cada año, para participar en una regata, su principal afición.

Samantha Coquillat