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El Aeropuerto de Palma es en Navidad escenario de encuentros muy esperados, empañados a veces, como ayer, por los retrasos que ocasionó la niebla en algunos vuelos; aunque no todo se puede achacar al mal tiempo. Son Sant Joan estuvo afectado por la baja visibilidad desde las 06.00 hasta las 10.00 horas y algunos vuelos llegaron a acumular retrasos considerables.

Es el caso del IB-0760 procedente de Madrid cuya llegada se retrasó de las 10.15 horas previstas a las 13.50 horas, tiempo que trastocó de forma considerable los planes de María Nieves Morales que desde las diez de la mañana esperaba a su hermana María José. Cada año se reúnen para pasar en familia las fiestas, bien en Madrid bien en Palma, ya que ambas se reparten el cuidado de su madre: «Siempre optamos por encontrarnos en la casa donde está nuestra madre, para que no tenga tanto trajín», decía con paciencia.

Cristina, junto con su madre Ladis, esperaba la llegada de su hija y sus nietas procedentes de Argentina. Cristina lleva cinco años sin verla y todavía no ha conocido a sus dos nietas de tres y cinco años. La espera se volvió angustia cuando supo que habían perdido el transbordo en Madrid. «Lo estamos pasando mal sobre todo por las pequeñas... ».

Historias
Historias sin final feliz en el aeropuerto mallorquín, como en otros. Es el caso de Víctor. Con su madre Sofía y su hermana Fiama, esperaba a su hijo Steven de cinco años que al final perdió el vuelo que le debía traer de Valencia: «Volveré por la noche», dijo cuando su ex compañera le comunicó que cogería otro avión.

La afluencia que tuvo Son Sant Joan ayer fue de 200 vuelos. El retraso medio que tuvieron las llegadas fue de 35 minutos y las salidas de 45.

Una estadística que prácticamente no restó alegría al encuentro de la pianista Belén González con su hijo Noel de diez años, que reside desde hace un año con su padre en Barcelona. La Navidad es una época ajetreada para esta mujer que amenizará ebrunch de Navidad del Hotel Mardavall; en Fin de Año actuará en el Hotel Valparaiso. Durante este tiempo podrá además disfrutar de su hijo al que ve cada quince día: «Viajar es una constante en mi vida», nos contaba.

Orgullosa estaba la familia Conejero, de Cáceres, Extremadura. Este año se reúnen en Palma donde ha nacido la benjamina de la familia hace tan sólo un mes.