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Rovaniemi es la capital de la Laponia finlandesa. Allí, a 700 kilómetros al norte de la capital, Helsinki, vive ecalvianer Pedro Gost Navarro, quien desde 1999 lleva trabajando y estudiando en todos los países nórdicos (Islandia, Suecia, Noruega y Finlandia) y bálticos (Estonia, Lituania y Letonia). Desde hace dos años, Pedro trabaja en Lapland Safaris, una de las empresas turísticas más importantes de Finlandia y la primera en excursiones de moto de nieve. «En la empresa hay unos 200 empleados y yo soy el único extranjero que está contratado de forma permanente, algo que es de agradecer», comenta. Pedro, de 29 años de edad, ha sido uno de los primeros españoles en trabajar en el turismo de este país y sólo conoce a un mallorquín que viva más al norte del mundo que él: Andrés Horrach, que vive con su familia en Henningsvaer, ciudad de las Islas Lofoten (Noruega).

El primer contacto de Pedro con la Laponia finlandesa tuvo lugar entre abril y septiembre de 1999. Durante ese tiempo trabajó para touroperadores españoles llevando clientes, en su mayoría españoles y sudamericanos. Después, trabajó con el único touroperador español especializado en los países nórdicos y bálticos. «Durante esa época residía en Barcelona, pero viajaba con frecuencia a estos países porque además de ser relaciones públicas y comercial también era guía». Licenciado en Turismo, Pedro habla sueco, noruego, inglés y catalán, se defiende en finlandés y tiene nociones de alemán. Además, en estos dos últimos años ha trabajado en verano como recepcionista en el apartahotel Viva Palmanova. «Como el invierno es la época alta aquí aprovecho los veranos para ir a Mallorca. De todas formas, prefiero el invierno en Laponia que el verano en Mallorca». Pedro vive en un apartamento en el centro de Rovaniemi, una ciudad reconstruida en los años 50 tras haber quedado arrasada en 1944 por el ejército alemán. Hasta hace unos pocos días vivía solo, pero ahora comparte el piso con Tiffany, una francesa de Lyon que trabaja también como guía. «La vida aquí es estupenda. El trabajo me encanta, hay sitios para divertirse y si estoy cansado me quedo en casa».

Durante el invierno, el ritmo de trabajo de Pedro es muy alto. De hecho, desde mitades de diciembre hasta pasado Reyes no podrá tener ningún día libre. «Lo mejor de este trabajo es que no tienes dos días iguales. Además, el ambiente en la empresa es muy bueno y me atrae mucho el hecho de que este tipo de trabajo sólo exista en los países nórdicos y en Canadá». Pedro realiza diferentes excursiones como guía. El vehículo habitual es la motonieve y a bordo de ella se llega, conduciendo por el helado río helado Kemijoki, el mayor de Finlandia, a las principales atracciones turísticas del lugar como las granjas de renos, de perros husky y conducir un trineo llevado por estos preciosos animales, buscar la famosa Aurora Boreal y, cómo no, visitar a Papá Noel, sin duda la atracción más visitada del lugar.

«Hasta aquí vienen turistas de todo el mundo, pero sobre todo ingleses (llegan en un chárter, hacen varias excursiones y se van el mismo día) y españoles, cuya estancia media es de 4 días. A primeros de año nos visitan muchos rusos y entre enero y abril la mayoría de nuestros clientes vienen en viajes de incentivos de las grandes empresas españolas». El único pero de su vida es no poder estar junto a su novia. «Mi novia es sueca, se llama Lisa y vive en Mallorca. Trabaja como azafata de vuelo de la compañía Futura. Ya ves, un mallorquín en Laponia y una sueca en Mallorca, pero bueno, lo llevamos bien». De todos los lugares que conoce, que son muchos, Pedro siente especial debilidad por uno: Islandia. «Es el más salvaje que conozco, espectacular. Me escapo allí siempre que puedo, aunque también Laponia es un sitio con mucho encanto que aunque lo conozcas no deja de sorprenderte». Cuando el periodista de Ultima Horadesplazado a Rovaniemi la pasada semana para realizar este reportaje, la temperatura osciló entre los -5 y los -20 grados. «Yo lo máximo que he sufrido, porque se sufre, es a -36. Se te hielan hasta los pelillos de la nariz. Pero aquí, con -15 se vive muy bien, sobre todo porque casi nunca hay viento. En cambio, por ejemplo en Helsinki, con 0 grados, la humedad del mar y el viento te mueres de frío», explica Pedro, quien confiesa: «Aquí disfruto más que en España. Se me valora más, me siento más querido y respetado. Mis compañeros y jefes me dicen que con mi carácter es como si cada día que voy a trabajar trajera el sol de Mallorca al duro invierno de Laponia».

Rovaniemi es la capital de la provincia finlandesa de Laponia. Está situada en el Círculo Polar Àrtico a unos 800 kilómetros al norte de Helsinki. La ciudad fue destruida por los bombardeos alemanes en la II Guerra Mundial. Bajo la supervisión del famoso arquitecto local Alvar Aalto fue reconstruida, siendo en la actualidad una moderna y funcional ciudad de 35.000 habitantes que cuenta con universidad propia.

La región cuenta con unas 1.000 habitaciones de hotel (1.600 camas), 400 habitaciones/cabañas (1.400 camas) y unos 30 restaurantes.