Pedro Caminals se ha hecho cargo recientemente de «En Figuera». Foto: CLICK

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El año 2005, que finaliza mañana, se despide con algunas novedades en torno a En Figuera, el reloj de Cort. En primer lugar, ya no es el veterano Fernando su relojero, sino que ahora lo es Pedro Caminals Jaume, biznieto de Miquel Girvent Mateu, que ya se ocupó del reloj en los primeros años del siglo XX. Y su hijo, José Girvent, tío-abuelo de Pedro, se hizo cargo de él allá por 1908. «Y más tarde mi padre, José Caminals, se responsabilizó del reloj hasta que llegó Fernando, que dejó de serlo este año».

Y en segundo lugar, que como son tantos los años que ya tiene En Figuera, en la próxima primavera se le podría dar un repaso profundo a su maquinaria, lo que supondría detenerlo, al menos una mañana, y sobre esto la alcaldesa no está muy por la labor. Pero está claro que En Figuera precisa de unos cambios de los cables de las pesas y de las campanas. Necesita una restauración un poquito a fondo, ya que hace años que no se ha hecho, y la misma grasa, que se mete en las ranuras se vuelve espesa y bloquea algo las ruedas.

Según Pedro Caminal, En Figuera está en la Plaça de Cort desde 1863. En la actualidad su estado es bueno, «aunque precisa de un mantenimiento a lo largo del año; necesita engrases, observación, control de piezas, que son muy antiguas, por lo que en algún momento pueden fallar algunas, y una puesta a punto». En Figuera se adelanta un poquitín, «unos cuatro segundos al día. ¿Que si es mucho...? ¡Hombre! se podría afinar un poco y así el adelanto sería mínimo. Pero, claro, los adelantos y retrasos dependen en gran parte de los cambios de temperatura y de la humedad, lo cual provoca siempre esas pequeñas diferencias».

Pedro Prieto