Tres miembros de Amico-Baleares visitaron Puerto Iztapa, una de las
zonas más pobres de Guatemala, a donde llevaron medicamentos para
paliar las enfermedades surgidas como consecuencia del huracán
«Stan» Guatemala no para de sufrir. Aún se recupera de la cruel
dictadura militar que vivió no hace tantos años y los desastres
naturales no le dejan avanzar. En octubre, el terrible ciclón llegó
con tal fuerza que arrasó poblaciones enteras.
En Puerto Iztapa, en la provincia de Escuintla, al suroeste de
Guatemala los daños materiales fueron millonarios. Durante ocho
días llovió día y noche hasta que el «Stan» irrumpió con furia y
los ríos se desbordaron. El agua subió hasta tres metros y se llevó
todo lo que encontró en su camino. Puerto Iztapa es además una de
las zonas más pobres de Guatemala, donde la congregación Amistad
Misionera de Cristo Obrero (Amico), dirigida por la religiosa
mallorquina Esperanza Garau, trabaja desde hace dos años
aproximadamente ayudando a su población. Durante las inundaciones,
las instalaciones que gestiona dieron albergue a decenas de
ciudadanos que tuvieron que ser evacuados de sus viviendas,
repartieron comida y ropa y, gracias a las donaciones, ha
distribuido colchones entre los más afectados por el huracán.
De Mallorca, llegó el pasado mes de noviembre a través de
Amico-Baleares un cargamento de medicamentos para hacer frente a
las enfermedades surgidas como consecuencia de las fuertes
inundaciones. Pero la esperanza es lo último que pierde el pueblo
guatemalteco, a pesar de todas las calamidades. Guadalupe Méndez,
de 80 años, y Maria Aurora Abedaño, de 78 años, recuerdan con
horror las noches vividas bajo el agua que no cesaba de caer, pero
están contentas de poder contarlo.
Cada miércoles se reúnen y participan en un encuentro con los
mayores de Puerto Iztapa que ha promovido Amico con el objetivo de
prestar atención a este grupo de personas que viven solas y sin
apenas medios para subsistir. Además de proporcionarles una
alimentación adecuada, realizan diversas actividades, como
manualidades, baile o gimnasia. Amico dispone de terreno donde
lleva a cabo esta actividad y donde también desarrolla un programa
de educación de adultos. Guatemala es de los países con los niveles
más altos de analfabetismo. Con gran empeño, el programa se sigue
realizando y, además, se ha habilitado una biblioteca para animar
tanto a mayores como a menores a formarse.
C. Ruiz
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