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«Es pronto para decidir el futuro de Na Baiana», dijo a este diario el empresario alemán Mathias Kühn, flamante propietario del polvorín de na Burguesa, 160.000 metros cuadrados de terreno subastados por el Ministerio de Defensa el pasado año. Kühn se adjudicó la propiedad, clasificada como Àrea Natural de Especial Interés (ANEI), por 1,2 millones de euros para «blindar» otros terrenos que le pertenecen, la antigua cantera de Gènova. «Así no habrá vecinos», señaló.

La historia del polvorín de Na Baiana comienza a principios de siglo (1907). Formó parte de la red de instalaciones de esa naturaleza creados por el Ejército en el denominado «triángulo de polvorines de Mallorca», junto a Porreres y al de Inca. En sus instalaciones se almacenaron municiones, material explosivo y proyectiles. Como es lógico, las actividades desarrolladas allí durante tanto años han sido catalogadas de secretas. Defensa ha dado instrucciones de guardar con celo los informes sobre el polvorín, por ello, los responsables de la biblioteca militar rehusan enseñarlo a la prensa porque «a pesar de que esos terrenos ya no nos pertenecen tienen la misma confidencialidad que un expediente médico», explicó uno de ellos.

Uno de los partidos políticos que con más fuerza reivindicó el polvorín para los ciudadanos de Palma fue el PSM-Nacionalistes. En varias ocasiones, esa formación envió escritos al Ministerio de Defensa solicitando que esos terrenos pudieran ser utilizados para usos socio-culturales. Y es posible que parte de ese deseo, finalmente, se cumpla ya que Kühn baraja la posibilidad de construir un recinto deportivo.

Tras subastar los terrenos del polvorín de Na Baiana, Defensa conserva en Mallorca cerca de medio centenar de propiedades. Las excepciones son la batería de Cap Pinar en Alcúdia, que se encuentra en cesión de uso del Ajuntament, y del Palau de l'Almudaina, arrendado al Patrimonio Nacional. Asimismo, Defensa mantiene otras catorce propiedades en Menorca, cinco en Eivissa, además de la isla de Cabrera y sus islotes adyacentes. El municipio con mayor número de inmuebles militares es Palma (19), donde están localizadas las principales infraestructuras de los tres Ejércitos.

Luego, se sitúan Sóller (6 propiedades), seguido por Calvià y Llucmajor, con cinco cada uno.