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GESA-Endesa iniciará hoy la demolición de la central eléctrica de Sant Joan de Déu, que dejó de funcionar a finales de 2002, pero que hasta ahora ha permanecido como símbolo de las molestias que ocasionó durante años a los vecinos del Coll den Rabassa.

GESA-Endesa no se limitará al derribo de las instalaciones, pues en el mismo solar construirá su nueva sede, donde centralizará oficinas, almacenes, talleres e incluso un museo después de que abandone el edificio actual de Joan Maragall, que sería demolido en 2008. Para ello, y de acuerdo con el Ajuntament de Palma, GESA realizará una remodelación urbanística de toda la zona.

Cabe recordar que el solar de la sede actual -cuya futura desaparición ha generado una fuerte contestación por parte de colectivos sociales y profesionales en defensa de sus valores arquitectónicos- y los terrenos anexos han sido adquiridos por la constructora catalana Núñez i Navarro, propiedad del ex presidente del Barça Josep Lluís Núñez, por valor de 73 millones de euros. Esta privilegiada primera línea de la fachada marítima de Palma, entre las Avingudes y Can Pere Antoni, se destinará a la promoción de viviendas de lujo y a su lado se levantará el Palau de Congressos.

La central de Sant Joan de Déu empezó a funcionar en 1968, aunque su construcción se inició en 1966. A medida que transcurrían los años, fue quedándose obsoleta y cada vez resultaba más difícil su modernización pese a que se introdujeron algunas innovaciones y mejoras. En los años 90, a Sant Joan de Déu se le asignó la función de simple instalación auxiliar. Su contribución al total de la electricidad producida fue irregular y siempre sometida a las necesidades relacionadas con las puntas de consumo. Así, en sus últimos años de funcionamiento, sólo lo hacía en horario diurno.

Mientras tanto, la central ocasionó numerosas molestias a los vecinos del Coll den Rabassa en forma de humos, ruidos e incluso los sustos causados por algunos incendios.