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Todas las obras y planes urbanísticos que se ejecuten en Balears deberán contar con un auditor ambiental que se encargará de certificar que la obra ha cumplido todas las disposiciones ambientales necesarias para reducir al máximo el impacto de la obra. Es una de las propuestas más relevantes del anteproyecto de ley de Evaluaciones de Impacto Ambiental, que ayer aprobó el Consell de Govern a propuesta del conseller de Medi Ambient, Jaume Font.

El texto al que dio el visto bueno el Ejecutivo completa la actual legislación con otras disposiciones novedosas. Una de ellas se refiere al apartado de las sanciones. En primer lugar, las empresas que realicen proyectos que deban someterse a una evaluación de impacto ambiental deberán depositar una fianza para garantizar el cumplimiento de las disposiciones ambientales exigidas. La fianza se les devolverá cuando la Administración compruebe que se han seguido todos los protocolos.

También es una novedad la posibilidad de que aquellas entidades que sean sancionadas por no cumplir las disposiciones de impacto conmuten la sanción a cambio de realizar actividades de regeneración ambiental. Es decir, que en lugar de pagar la multa al Govern, podrán gastar la misma cantidad en la regeneración de un bosque, de un sistema dunar o de una pradera de posidonia, tal y como explicó el conseller de Medi Ambient. Esta medida se ha bautizado con el nombre de «prestación ambiental sustitutoria».

Otra medida muy importante es la obligación de que todos los planes urbanísticos se sometan a la evaluación de impacto ambiental. Esta exigencia tendrá efectos en todos los ayuntamientos de las Islas, que en estos momentos están en fase de adaptación de sus planes generales a las disposiciones del Plan Territorial de Mallorca. Es decir, que antes de recibir el visto bueno del Consell, todos los planeamientos municipales deberán someterse a un estudio de impacto ambiental.

En la reunión que ayer celebró el Consell de Govern se aprobó además un importante decreto medioambiental. Se trata de la aprobación definitiva del listado de zonas protegidas de las Islas que tienen la consideración de Lugar de Interés Comunitario (LIC) o Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA).

Tras haber sometido el documento a la fase de exposición pública, el decreto aprobado ayer amplía los espacios que en su día determinó el Pacte de Progrés. En 2000 las zonas declaradas LIC o ZEPA sumaban 170.745 hectáreas. Con el documento aprobado ayer a propuesta de Jaume Font, el número de hectáreas protegidas llegará a 204.290, casi un 20 por ciento más.