Ayudar a los países que más lo necesitan para tratar de frenar
la inmigración que se produce por cuestiones esconómicas. Esa es la
filosofía que ayer defendió la presidenta del Consell de Mallorca,
Maria Antònia Munar, al finalizar su viaje oficial a la ciudad
marroquí de Tánger. Munar se mostró muy satisfecha del resultado de
la visita porque le ha permitido comprobar el importante trabajo
que realiza el Fons Mallorquí de Solidaritat gracias a los fondos
que aportan el Consell de Mallorca y los ayuntamientos.
La presidenta reconoció que las instituciones deberían colaborar
más en los fondos de cooperación, pero recalcó la importancia de
trabajar en los países de origen con el fin de ofrecer un futuro
mejor a sus residentes de forma que no tengan que emigrar. «Son
muchos los proyectos que necesitan colaboración, pero nuestra
frontera es Marruecos y por eso es necesario dar ayudas en esta
puerta de entrada», dijo Munar.
Precisamente el proyecto de colaboración en el que trabaja el
Fons Mallorquí trata de evitar que los menores que sobreviven a
duras penas en la calle se jueguen la vida cruzando el estrecho en
pateras o en los ejes de los camiones que parten hacia Europa.
«La asociación les ayuda a entender el significado de la
inmigración y a comprender que lo que les espera no es un camino
fácil», explicó la presidenta, quien además señaló que los niños
desempeñan a su vez un papel didáctico sobre las familias. Son
precisamente los padres de los niños los que les empujan en
numerosas ocasiones a emigrar para buscarse la vida. El proyecto
que financia el Consell es «realista porque da soluciones a los
problemas reales y evita en muchas ocasiones que los niños se
arrojen a una muerte segura en un camión».
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