TW
0

La procesión de Nuestra Señora de la Esperanza, una de las pioneras que lleva su paso por costaleros, ha prescindido de varias calles del centro histórico de Palma y de cofradías con el objeto de dotarlo de un ambiente «más intimista», según explicó el presidente de la cofradía, Tomás Darder. El emblemático paso de Semana Santa empleó a 60 costaleros en su recorrido, que se turnaron en grupos de 28, para completar la procesión que, como ocurre desde 1953, sale desde la basílica de Sant Francesc. En medio del recogimiento de los fieles y la atención de las decenas de curiosos que se congregaron para presenciar la procesión, los penitentes lucieron su vestimenta habitual, una caperuza de terciopelo verde, capa de lana blanca, zapatos y guantes blancos, con el escudo de la cofradía en el lado izquierdo de la capa. Los responsables de la cofradía eliminaron parte del recorrido habitual y no pasaron por la Plaça Major, calle Sant Miquel y una parte de la calle Socors. Tomaron esa decisión, además de prescindir en los posible de las calles más anchas, para darle al paso «un efecto más intimista», explicó Darder.

En la calle Socors, a su paso por la iglesia, la Virgen llevada por costaleros hizo un paso especial en honor del Crist de la Bona Mort, que esperaba en la puerta al paso de la procesión. Momentos antes, el paso del Jesús del Buen Perdón también había saludado al Crist, uno de los pasos emblemático de la Cofradía Cruz de Calatrava. Como suele ocurrir cada año, una gran cantidad de ciudadanos y turistas se congregaron en la salida de la procesión, en la iglesia de Sant Francesc. Mientras los integrantes de la cofradía Nuestra Señora de la Es peranza ultimaban los últimos detalles y daban las instrucciones pertinentes, aumentaba la tensión previa a uno de los pocos pasos portado por costaleros, cuya salida causó sensación.

Estuvieron limitados, eso sí, por las propias exigencias de un paso de palio, con la imagen de una Virgen obra del escultor catalán Viladomat,de notable contenido escultórico. También, este año hubo menos cofradías acompañando a Nuestra Señora de la Esperanza, sólo una, frente a las diez que se congregaron en 2005, explicó Tomás Darder. La procesión recorrió las calles Anselm Clavé, Comtat del Rosselló, José Tous Ferrer, Colom y Santa Eulàlia, entre otras. Nuestra Señora de la Esperanza, arropada por delicados buquets florales, acompañada por la banda juvenil de cornetas y tambores, cerraba el recorrido, en su calidad de anfitriona, con su espectacular manto bordado y el impresionante movimiento del paso en las estrechas calles del casco histórico de Palma.