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RUIZ COLLADO/AGENCIAS
Iberia, Air Europa y Spanair anunciaron ayer en plena Semana Santa que incrementan sus tarifas por la evolución del precio del combustible, con alzas medias de 10 euros por tramo (20 euros ida y vuelta) en las rutas entre Balears y la Península, lo que supone la mayor subida realizada en los últimos años por las compañías aéreas.

Este hecho fue analizado ayer de forma negativa por el sector turístico y empresarial balear, principalmente por impacto que ello va a provocar en el precio de los paquetes turísticos y en el encarecimiento del transporte aéreo para los residentes de las Islas.

Esta nueva subida, que se suma a la que hubo en enero, se realiza, según las tres aerolíneas, para paliar el impacto que sobre ellas acarrea las constantes e «insostenibles» subidas del petróleo. El precio del crudo brent marcó ayer máximos históricos al alcanzar los 69,70 dólares por barril, y va camino de alcanzar los 70 dólares.

Compañías aéreas
En el caso de Iberia y Spanair ambas compañías se han decidido por primera vez a aplicar el suplemento por carburante que sólo cobraban en los viajes internacionales también en los trayectos nacionales. El «nivel insostenible» en que se ha situado el precio de los carburantes ha obligado a estas dos compañías a aplicar el recargo de 10 euros por trayecto en todos sus viajes domésticos.

Además, Iberia va incrementar en dos euros más sus suplementos por combustible en sus viajes de largo recorrido, hasta alcanzar los 60 euros. En cambio, Iberia mantiene intacto el recargo de 20 euros para sus vuelos dentro de Europa.

Air Europa, por su parte, eleva el suplemento por carburante en sus vuelos domésticos hasta los nueve euros y hasta los 56 euros en los trayectos de largo recorrido hacia destinos asiáticos y latinoamericanos. La aerolínea del Grupo Globalia confirma así su primera subida generalizada de tarifas en un año y medio, desde que en octubre de 2004 subiera el precio de sus billetes. Pero al igual que Iberia, la compañía tampoco subirá los recargos de los vuelos hacia destinos europeos, segmento en el que las aerolíneas de bajo coste representan una mayor amenaza.