Los miembros de su cofradía, que preside Gaspar Buades, vivieron
un día muy especial ya que como cada Martes Santo asistieron a la
misa en la iglesia de Sant Nicolau. El rector, Felip Guasp, que
presidió la misa, una vez acabada la eucaristía procedió a la
bendición de los hábitos de las nuevas cofrades Inamculada Manresa,
Begoña Buades, Leyre García y Teresa González. Luego bendijo el
nuevo vestido de la Virgen, con diseño de Tolo Crespí, por encargo
de la familia propietaria, Ferrer Alcover, que ha mantenido el
estilo y los colores clásicos.
Pasadas las ocho y media de la tarde numeroso público se
congregó en torno a la parroquia de Sant Nicolau y presenció la
salida del paso de La Dolorosa adornada con flores blancas a los
acordes de la Marcha Real.
Esta procesión que observó el siguiente itinerario: Sant
Nicolau, Tous y Maroto, Constitució, Soledat, Plaça de la Reina,
Born, Joan Carles I, Jaume III, Bonaire, Bisbe Campins, Via Roma,
Costa de la Sang y plaça del Hospital.
La abrió el grupo de Tamborers de la Sala, seguidos de La
Esperanza, Santa Mónica, La Merded y Venerable de Santiago.
Espectacular resultó la puesta a punto del paso de esta última
cofradía. Con todo lujo de detalles y vestida con suma pulcritud,
se estrenó la nueva imagen de María Santísima de la Amargura, que
procesionó integrada en el paso de Santísimo Cristo de las Siete
Palabras, obra de Fernando de las Heras, autor asimismo de la nueva
imagen, según señaló su presidente Antonio Enseñat. De nuevo esta
cofradía desfiló con un buen número de cofrades, muchos niños
monaguillos, sus insignias y banda juvenil.
Otro paso acompañó en su traslado a La Dolorosa. Se trata del de
Jesús Humillado, de la Antiquísima cofradía de la Cruz de
Calatrava, que como de costumbre salió con esmerada ornamentación
floral, a base de claveles rojos flanqueando la imagen.
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