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M.JUNCOSA
«La empresa debe ser un sujeto moral con responsabilidad social», sostuvo ayer en Palma el presidente de la Feria de Acción Social de la Empresa de Valencia y patrono de la Fundación Aequitas, Juan Reig Martí, impulsada por el Consejo General de Notariado con el objetivo de «servicio a los colectivos más desfavorecidos». Reig Martí consideró que la implementación de mecanismos de acción social genera un triple valor añadido a las empresas, al armonizar sus relaciones en lo social y lo medioambiental y al integrar a los distintos grupos de interés, tales como proveedores, clientes, consumidores, el entorno o la sociedad en general.

El ponente enumeró entre las variables de que miden la responsabilidad social o corporativa la superación como único objetivo la producción y la obtención de beneficios, la gestión de la empresa, la política de recursos humanos, la respuesta a las expectativas de los grupos de interés, el respeto al medio ambiente y la acción social propiamente dicha. Reig Martí afirmó que «no existe un modelo único preestablecido» para la implementación de la responsabilidad social, sino que a su juicio cada una debe «recorrer su camino y autoevaluarse». A su juicio, «la responsabilidad social debe ser interiorizada a todos los niveles», requiere de un proyecto corporativo y no la redacción de un documento de buenas intenciones. Afirmó que pese a que las grandes empresas «deben tirar del carro», las pequeñas y medianas deben de participar en este proceso.

El conferenciante justificó la responsabilidad social de la empresa desde el concepto de persona «como valor supremo, con su dignidad intrínseca» y calificó a la empresa como «fundamento de desarrollo económico y motor del bienestar social y tecnológico». Reig Martí consideró que la responsabilidad social debe ser un proceso voluntario aunque a su juicio el Estado debe establecer políticas que favorezcan su extensión. Para el conferenciante, el Estado del Bienestar está el crisis tanto económica como conceptual, por lo que apostó por fomentar una «sociedad del bienestar» desde el principio de una responsabilidad compartida entre el Estado y Sociedad Civil (empresas y ONG).