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El intenso calor no impidió ayer que el patio del edificio de la Policía Local de Palma se llenara de niños para que, acompañados de sus papás, disfrutaran de la Diada de la Policía que, como marca la tradición, se celebra el tercer viernes de cada mes de mayo. La jornada más divertida y lúdica se reservó para ayer sábado. A las once de la mañana, familiares, esposas, hijos y amigos de los policías ya llenaban el patio del edificio, dispuestos a pasarlo en grande junto a sus más queridos. Fue, sobre todo, una mañana pensada para los más pequeños. Un animador infantil se encargó de hacer las delicias de los niños y niñas más pequeños que, junto con sus padres, que aguantaron estoicamente el sofocante calor, se divirtieron de lo lindo tocando palmas y cantando.

Otros, por su parte, prefirieron «invadir» el enorme castillo inflable que presidía el patio, dispuesto para la ocasión. Por si fuera poco, dentro del gimnasio la organización montó un parque de tráfico infantil, para que los pequeños pudieran emular a sus ídolos, sus papás. El rocódromo fue, también, otra de las atracciones más solicitadas de la mañana. A las dos de la tarde, una enorme y humeante paella, cocinada para unas quinientas personas se convirtió en el mejor fin de fiesta de la Diada.

Los regidores de Seguridad Ciudadana y Movilidad, Àlvaro Gijón y Carlos Veramendi,respectivamente, y la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, acudieron al acto, disfrutando de la fiesta en todo su apogeo.

Lídia Lombardía