Gabriel Pericàs, un joven de 18 años del Instituto Josep Maria Llompart de Palma, acudió a la cita sin pensar en ningún momento en la victoria. Iba a probar. Lo mismo le sucedió a Àngela Payà, otra joven de 19 años del mismo centro, que estaba convalidando asignaturas y que no tenía nada que perder. Ambos coparon las dos primeras posiciones. Primero Pericàs y segunda Payà.
La prueba se celebró el 24 de abril. Consistió en dos partes. En la primera, disponían de 30 minutos para realizar cinco bocetos. En la segunda, dos horas y media para rellenar un lienzo de más de un metro.
Allí había estudiantes de toda Mallorca. Ninguno de los dos sabía el nivel del resto. Ni se lo podía imaginar. Todo estaba ya hecho. Sólo quedaba esperar.
Llompart se enteró de que se iba a realizar la prueba gracias a su madre, que le animó a participar. Cuando se lo consultó a su profesor, éste le dijo que ya lo había incluido dentro del grupo seleccionado por el instituto. «El profesor y mi madre estaban bastante ilusionados. Y como practico dibujo al natural por libre, decidí presentarme».
Sin pensar en ningún momento en la victoria, Llompart hizo la prueba. «Fue tal y como me la imaginaba. Lo más difícil fue hacer los cinco dibujos en 30 minutos. Eso es mucha presión. Apenas tienes tiempo de dibujar. Es una contrarreloj. Pero en la segunda parte ya fui mucho más tranquilo», explicó.
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