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Anteayer, sábado, supimos que el gabinete de prensa del Govern balear había informado de que el president, Jaume Matas, asistiría a la fiesta del 75 aniversario del Grupo Barceló en el salón de convenciones de su hotel Colonial de la Riviera Maya, en México. Allí fuimos, a un edificio austero por fuera y coquetón por dentro. Nos presentamos al jefe de seguridad y pedimos permiso para presenciar, como periodistas, la celebración. Recordamos que el presidente Matas estaría entre los más de 400 invitados, junto al gobernador de Quintana Roo y el obispo de la diócesis. «No habrá problemas, pueden ustedes asistir», nos respondieron, recordándonos que el acto empezaría a mediodía. «Ahora son las 9 de la mañana. A las 10.30 se celebrará una rueda de prensa presidida por el señor Gabriel Barceló», nos indicaron. Aquí hay un business desde donde pueden transmitir la información y las fotos».

Veinte minutos antes de que empezara la rueda de prensa, vestidos con traje y corbata a pesar de los más de 35 grados de temperatura, estábamos de nuevo frente al edificio de convenciones. Entonces, alguien que se presentó como Àlvaro Pacheco, jefe del área de comunicación del Grupo Barceló, se mostró sorprendido por nuestra presencia, «ya que no hemos invitado a la prensa de Mallorca», y nos sugirió que esperáramos en elobby mientras él preguntaba si podíamos asistir a la fiesta del aniversario. Quince minutos después, acompañado por dos miembros de la seguridad del complejo, volvió, rogándonos muy correctamente que abandonáramos el hotel. Nada tenía contra nosotros «como personas físicas», remarcó, «pero, y por lo que representan ustedes, no son personas gratas». Por lo tanto, acogiéndose al derecho de admisión, «vayan a su habitación, hagan la maleta y en recepción pidan echeck-out. Y si quieren, con gusto les acompañaremos a otro hotel».