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JUAN MESTRE-EFE
La reforma del Estatut llegará hoy al pleno del Parlament sin un acuerdo previo y con la amenaza del president del Govern, Jaume Matas, de retirar la proposición de ley si no consigue el apoyo de los socialistas. Las previsiones no son muy positivas, sobre todo porque trascendió ningún tipo de contacto entre el president Matas y el socialista Francesc Antich. Sólo un acuerdo antes de empezar el debate de la propuesta podría evitar que la reforma del Estatut saliese adelante y comenzase su tramitación en el Congreso de los Diputados. Durante toda la tarde de ayer el mensaje fue el mismo. «El tema no está cerrado y es posible un acuerdo, pero también Matas podría reclamar la retirada del Estatut», señalaron desde las filas populares.

El president se reunió en su despacho con la «número dos» del Govern, Rosa Estaràs. Sobre la mesa se estudió el Reglamento del Parlament, en cuyo artículo 128 se contempla la posibilidad de que un grupo parlamentario pida la retirada de una proposición de ley que haya sido debatida previamente. Las enmiendas se debatirían y si el PP pide la retirada, el president del Parlament sometería la propuesta a votación. En este caso bastaría los votos de la mayoría de la Cámara para provocar la retirada de la reforma del Estatut. Sin embargo, el Govern pidió ayer un informe para saber si incluso antes del debate también podría pedirse la retirada de la proposición de ley. El president del Ejecutivo contempla todos los escenarios posibles, pero las previsiones no eran muy optimistas. De hecho, el propio Matas ya dijo el jueves que pediría la retirada del Estatut porque consideraba imposible un acuerdo.

Desde las filas socialistas insistían ayer que la última palabra la tiene Matas. Para el PSOE, el president debería renunciar a la creación inmediata del Consell de Formentera y, por supuesto, incluir una enmienda del PSM que equipararía los derechos de castellano y catalán. Matas considera inasumible estas dos propuestas, aunque desde el PP intepretan que las pegas que plantea Antich a la creación del Consell de Formentera tiene un condicionante electoral. Es decir, la constitución de la nueva institución supondría cambios en la configuración del actual Consell d'Eivissa i Formentera. Con el nuevo Consell, los ciudadanos de Eivissa elegirían en las próximas elecciones a 13 consellers. De esta manera, según la interpretación que hace la izquierda, la mayoría absoluta del PP estaría prácticamente garantizada. En cambio, si se mantuviese el equilibrio 12 consellers de Eivissa y 1 de Formentera, el panorama electoral es mucho más abierto. Y las opciones para la izquierda, mayores.