TONI LIMONGI
Nervios e ilusión. Dos sentimientos contradictorios a la hora de afrontar una de las pruebas más decisivas, sino la más decisiva, en la vida de un estudiante. A las 8.30 de la mañana, en el edificio Jovellanos de la Universitat de les Illes Balears no cabía un alfiler. Dieciocho aulas estaban preparadas para albergar los primeros exámenes de una prueba que durará tres días. Guillem Ramón, miembro de la comisión de las pruebas de acceso, aseguraba ayer que «los estudiantes hacen tres exámenes al día. Dos por la mañana y uno por la tarde. Empezamos por Lengua y Literatura Castellana, para proseguir con Llengua Catalana. Por la tarde de hoy (ayer) se hace un comentario de texto». En el edificio Guillem Cifre de Colonya, una decena de aulas acogían también las pruebas. Los pasillos eran un hervidero: risas nerviosas, repasos a última hora y, en general, buena predisposición para hablar con la prensa.
Nervios e ilusión en la gran prueba
Los estudiantes comenzaron ayer la selectividad en la UIB con un examen de Lengua española
14/06/06 0:00
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