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A pesar de que quedan tres días para que oficialmente comience el verano, Magaluf no termina de arrancar. Se ve gente de noche en sus calles más emblemáticas, pero no para echar cohetes de alegría. Además, ¡vaya gente! Si les pones piernas hacia arriba, no les caen cincuenta libras de los bolsillos.

Gente que llega porque el amigo/a hace la despedida de soltero en Magaluf y les ha invitado, o porque a través de Internet ha pillado un billete baratísimo, o porque a pesar de que son futboleros la Alemania del Mundial les agobia. Pero, desde luego, no están aquí porque nuestro vecinos Michael Douglas en la World Travel Market les haya recomendado que vengan. Es más, dudo que la mayoría de estos jóvenes sepan lo que es la WTM y que ésta tiene lugar anualmente en Londres. Pero, que más da. Lo poco o mucho que traigan se lo dejan aquí.

En copas sobre todo, porque comer, con una hamburguesa y ensalada se arreglan. Es gente joven que viene a divertirse de noche y a ponerse rojo de tanto tomar el sol por la mañana en la playa y que cuando juega Inglaterra se reúnen de forma ruidosa frente al televisor en la plaza de BCM -o ante otras pantallas gigante- esperando a que los suyos ganen para seguir celebrándolo.

A decir verdad, el miércoles por la noche en Punta Ballena, en según que momentos, había más relaciones públicas tratando de captar los pocos clientes que circulaban a esas horas para que fueran a la discoteca en las que trabajan y vigilantes de seguridad que guiris, y estos eran más cerveceros que cubateros a pesar de las ofertas que en cuestión de combinados vimos que había. Muchas y a buen precio.

«Muchos de los que ahora podrían estar aquí, procurando gastar lo menos posible en desplazamientos que suelen hacer en ferry y en coche, o en tren, se han largado a Alemania, a ver jugar a su selección -nos decía el encargado de un bareto-. Y eso lo estamos notando aquí. Porque precio por precio, se van para allá. Eso lo tienen muy claro».