Las precipitaciones fueron mínimas, muy débiles, con una máxima de 3 litros por metro cuadrado en Alfàbia, pero suficientes para dejar fachadas, terrazas y vehículos impregnados de barro africano.
En la noche del jueves y la madrugada de ayer irrumpió la tormenta eléctrica, aunque, según los datos del Centre Meteorològic, no tan intensa como parecía. Entre el mediodía del jueves y las 6 de la mañana del viernes se registraron algo más de 600 rayos en Balears y el mar circundante.
Sin llegar a las dimensiones de Ciutadella, Mallorca también ha vivido rissagues en estos dos últimos días, aunque los crecimientos del nivel del mar se limitan a oscilaciones de entre 20 y 60 centímetros, muy lejos de los cuatro metros que sufrió la ciudad menorquina.
Para este fin de semana se mantiene el riesgo de situaciones inestables. Tanto las lluvias, de barro, pero en cualquier caso débiles, como los golpes de fuerte viento pueden repetirse.
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