La mayor parte de la inversión pública viene de la Administración autonómica, concretamente 2.754.882 millones. El resto, corresponde al Gobierno central.
Durante estos años, la construcción ha sido el motor de la economía de las Islas. No es extraño, así, que en ese mismo lapso de tiempo, se hayan consumido en Balears casi siete millones de toneladas de cemento, según Oficemen, la asociación empresarial del sector.
El consumo de cemento, pese a la polémica suscitada por la construcción de nuevas carreteras, ha ido descendiendo desde 2001, año en que se batieron todos los records.
La Administración pública arrastra a la construcción pero, por lo que se refiere a Balears, quien más presupuesto dedica a las infraestructuras es el Govern. Con una excepción muy destacada: el año 2003. Gobernaba el Partido Popular en España y el PP acababa de recuperar el Ejecutivo de las Islas tras los años del Pacte.
El pasado año descendió casi un 20% la inversión del estado en obras públicas. El Ejecutivo decidió paralizar la aplicación del convenio de carreteras pero el Govern mantuvo sus proyectos. En 2005, el Estado licitó obras por valor de 53,4 millones y la Comunitat por 587 millones.
La dependencia de la economía balear del sector de la construcción ha llevado a la dirección balear del PSOE a lanzar una voz de alarma. El economista, y secretario de la ejecutiva federal del PSIB, Carles Manera reclama un pacto para evitar esta dependencia.
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