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JAVIER J. DÍAZ
Las actividades terapéuticas, formativas y de ocio -con carácter de integración social- que la Cruz Roja realiza en el Centro Penitenciario de Palma desde 1990 involucraron durante el año pasado a un total de 540 presos, gracias, según dijo Miquel Alenyà, presidente de Cruz Roja, al trabajo de 70 voluntarios.

Estos datos suponen que casi cuatro de cada 10 reclusos de la cárcel (en total hay 1.380) tomaron parte en estos programas en 2005.

La Cruz Roja también incluye dentro de este balance a los 261 niños que acudieron al servicio de guardería de la prisión mientras un familiar acudía a visitar a un recluso y en el que trabajan 14 voluntarios.

Alenyà dijo también que uno de los cuatro proyectos que tiene la entidad en el centro, el de atención a toxicómanos, se fundamenta en «el soporte psicológico a los presos y los talleres de educación de la salud».

Otro de los proyectos que Cruz Roja lleva realizando desde 1990 es el de ocio y reinserción para reclusos en segundo y tercer grado consistente en la realización de actividades formativas y lúdicas en el propio centro. El año pasado este programa, que es el que más usuarios tuvo, atendió a 275 reclusos, y es el que cuenta con más voluntarios.

El cuarto proyecto implica a las reclusas de la Unidad Dependiente (en total 13) y consiste en una casa de acogida fuera del centro para reclusas en tercer grado y en vías de inserción a la sociedad.