Los Reyes llegaron a Puerto Portals alrededor de las diez de la mañana. Sobre los muelles se veía mucha actividad. Los tripulantes de las distintas embarcaciones procuraban tenerlo todo a punto para cuando se diera la orden de navegar hacia el campo de regatas, mientras que los periodistas y fotógrafos íbamos tomando posiciones. Se veía también a muchos curiosos.
Sus Majestades se sentaron en torno a una mesa del Flanigan. Les acompañaba el armador del «Bribón», Cusí. Estuvieron desayunando y luego conversando hasta las once y media, hora en que se dirigieron a su barco. Don Felipe embarcó en el «Aifos» desde Portopí, que es donde tiene su base. Desde allí también partió Harald de Noruega, que a lo que se ve regresa a Mallorca en muy buena forma. La primera sorpresa fue ver como la Reina, tras descalzarse, subía a bordo con su marido en el «Bribón».
Después de saludar a la tripulación tomó asiento cerca de la caña. Tras ella y una vez descalzo, don Juan Carlos, al tratar de embarcar se dio un tropezón que saldó con una sonrisa. Sin ningún contratiempo más, salvo ese pequeño susto, las embarcaciones pusieron rumbo al campo de regatas. La Reina seguía en el «Bribón» en lo que éste tomaba posiciones junto a las demás embarcaciones. Doña Sofía llevaba ahora la caña. Era la que mandaba a bordo.
Pedro Prieto
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