Paris Hilton posó frente a la impresionante limusina que le conducirá por la Isla. Foto: JULIÁN AGUIRRE

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Llegó como lo que es, una diva. Desborda glamour, belleza y juventud, pero además se puede permitir todo tipo de lujos y caprichos. Paris Hilton, heredera del imperio de los hoteles Hilton, llegó ayer a Palma para ser hoy sábado el centro de atención de una espectacular fiesta. El principal objetivo de su visita a la Isla es la firma con una marca de bebida y la actuación musical relacionada su último trabajo discográfico. Todo ello se realizará esta misma tarde noche, alrededor de las 20 horas, sobre el escenario instalado en la arena de la playa de Can Pere Antoni, en Palma, frente al edificio de Gesa.

A Paris le encanta que le hagan fotos y ser la protagonistas de todas las miradas y siempre lo consigue. Su llegada a Mallorca fue en avioneta privada; en el exterior de la terminal de vuelos privados del aeropuerto de Son Sant Joan una veintena de periodistas la esperaban. Lo sabía y como no iba de lo más «chic» para las fotos decidió cambiarse de ropa. Y un vestido verde largo de tirantes y pronunciado escote sustituyó a los cómodos pantalones rojos con los que iba en el avión.

Se dió un auténtico «baño» de fotos y se introdujo en la impresionante limusina Hammer que la trasladará estos días a donde ella elija. Junto a ella, un séquito de amigos y personal, especialmente dos bellas y exhuberantes mujeres que la acompañan muy de cerca. A su llegada al Castillo Hotel Son Vida, el presidente de Arabella Hotel Holding Internacional, Carsten K. Rath y otros directivos salieron a recibirla.

Julián Aguirre