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La alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, no renunció a la cita con Sant Bernat pero prefirió hacerlo con la máxima discreción, y antes de las siete acudió al Monestir de la Real con su marido y unos amigos para hacerle la tradicional ofrenda lejos del bullicio y de los incidentes que hubiera provocado su presencia en la romería.

Pese a ello, la romería de Sant Bernat volvió a registrar este año incidentes. Todo transcurrió con normalidad hasta que los representantes de la corporación municipal llegaron al camino que conduce al Monestir de La Real.

Así, a las 19.30 horas se concentraron cerca de doscientas personas en Cort y una representación de la corporación municipal, que este año corrió a cargo de los concejales Margalida Ferrando, Catalina Terrassa, Àlvaro Gijón, Pedro Àlvarez, María José Frau, Marina Sans, Rafel Duran y Rogelio Araújo. También tomaron parte en esta romería Antonio Contestí, director general de Relaciones Institucionales; Josep Corcoll, director general de Planificación de la Conselleria de Salut; y Sergio Bertrán, gerente del IB-Salut.

Antes de la salida, cada romero recibió una caña verde con la imagen de Sant Bernat y un pañuelo para colocarse al cuello con un anagrama de la romería.

La romería de Sant Bernat transcurrió en tono festivo hasta que llegó al camino del Monestir. A las 20.00 horas los romeros y las autoridades salieron de la Plaça de Cort, en un trayecto que recorrió la calle Colón, Plaça Major, Sant Miquel, Avinguda Compte de Sallent, Avinguda General Riera, Camí dels Reis, Camí de la Real y Monestir de la Real, y a un ritmo casi frenético ya que a las 20.20 ya se encontraban los romeros frente a la sede de s'Institut, en General Riera. Escoltados por efectivos de la Policía Local, el corte de tráfico en las Avenidas provocó intensas pitadas desde los coches, pero todo transcurrió con mucha tranquilidad.

Durante todo el trayecto los «marxaires» estuvieron acompañados por una 'colla' de xeremiers de la Escola Municipal de Xeremiers, Flabiolers i Tamboriners, que marcaron el ritmo de la marcha.

Mientras, en el Monestir, los romeros de La Real se volcaron un año más en el homenaje a Sant Bernat, que combina en ellos la devoción con la defensa del entorno del Monestir y el rechazo a la construcción de Son Espases.

Como cada año, la Plataforma «Salvem La Real» no faltó a esta cita convertida ahora en religiosa y reivindicativa. Con ellos estaban Antoni Roig y Eberhard Grosske, entre otros.

Cuando los representantes de la corporación municipal y los doscientos romeros que les acompañaban llegaron al camino que conduce al Monestir, un centenar de personas, la mayoría jóvenes, les impidieron el paso, les empujaron hacia atrás y les lanzaron insultos. En el camino de acceso había varias pancartas «Assassins de la Terra», del grupo els Maulets; «La Real diu no a l'especulació»; «PP aquí no» firmada por els Maulets eran algunas de las pancartas colocadas en las inmediaciones del monasterio.

Para evitar males mayores, los ocho concejales decidieron renunciar a continuar la romería y los que protestaban abrieron el paso a los doscientos romeros restantes, después de realizar una sentada en la explanada de acceso al monasterio. Como portavoz de los ediles, Rafel Durán aseguró que «todo esto tiene que ver con lo que ha pasado esta mañana, el equipo de gobierno ha demostrado buena voluntad y los que no la demuestran son ellos» en alusión a los miembros de la Plataforma y de los Maulets.