Doña Cristina pone de manifiesto que le va más el salto de cabeza. Foto: JULIÁN AGUIRRE

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Como ya contamos hace unos días, además de la princesa Allia de Jordania, son huéspedes de los duques de Palma sus amigos Pedro López-Quesada y Fernández-Urrutia; su esposa, Cristina Borbón Dos Sicilias, hija de los duques de Calabria, y sus dos hijos, Victoria y Pedro. Pedro López-Quesada, junto con Rosario Nadal, son los padrinos de la pequeña Irene, cuarta hija de los duques de Palma.

Pues bien, dicho lo dicho, les cuento que los dos matrimonios, con sus hijos, dedicaron ayer gran parte de la jornada al paseo marinero , seguido del correspondiente baño en una bonita y discreta cala no muy alejada de Marivent. Éste fue, posiblemente, el penúltimo baño que se dan en la Isla, pues ¡hay que ver cómo corre el tiempo!, no nos daremos cuenta y las vacaciones -quien las haya tenido- habrán concluido.

Hay que decir, ante todo, que tras cuatro partos, precedidos de otros tantos embarazos, la figura de la infanta doña Cristina está pero que muy bien recuperada. Que otras, con menos partos en su haber, para sí la quisieran. Y por lo demás, si observan el modo de lanzarse al agua del matrimonio, verán que mientras él lo hace, tras haber tomado carrerilla, de pie, al igual que su hijo; ella, doña Cristina, lo hace de cabeza, incluso cuando se tira tras haber sido empujada, como en este caso. Y es que, como bien dijo alguien que ahora no recuerdo, quien está más acostumbrado al mar -ella más que él, desde luego- se lanza siempre de cabeza y no de pie.

Pedro Prieto