José Ortega Cano, además de disfrutar de un relajante baño, se lo pasó muy bien viendo divertirse a los pequeños con los juegos acuáticos. Foto: JULIÁN AGUIRRE

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Tal como adelantamos hace dos semanas cuando abandonó la Isla, el diestro Ortega Cano ha vuelto a Mallorca. Anteayer le vimos en el coso taurino palmesano siguiendo la corrida, y ayer, junto con sus dos hijos y su amigo Francisco Hernando, conocido por Paco, ePocero, bañándose en aguas de una cala de Poniente. El viudo de La más grande trata de recuperarse del golpe que recibió por la pérdida de su mujer. Al mismo tiempo, procura aislarse de los ambientes que frecuentaba y centrarse en sus negocios, entre ellos su ganadería Hierbabuena que tantas alegrías le está dando. Ortega Cano, tal y como nos dijo en el momento de abandonar la Isla, ha regresado a ella con sus dos hijos, que en la vez anterior quedaron al cuidado de su hermana, en Málaga.

Como hace dos semanas, el diestro vive en el barco de su amigo Hernando, que también disfruta su esposa e hijas. Es un barco grande, posiblemente el mayor de todos los de la Isla, amarrado en uno de los puertos deportivos de Palma. El Pocero, que puede que tenga problemas con la justicia a raíz de la construcción de numerosas viviendas en Seseña (Toledo), con el nombre de Residencial Francisco Hernando, es buen amigo del torero, así como lo es también de los ex ministros Bono y Zaplana.

José Ortega Cano pasó ayer uno de sus mejores días de este verano, junto a sus hijos y, en compañía de buenos amigos, disfrutó no sólo dándose un chapuzón en aguas de Mallorca, sino también y sobre todo de ver a los pequeños divertirse y felices. Por otro lado, Ortega Cano recibió en Palma la noticia de la muerte de Constancio (Costa) García Fuentes, restaurador abulense propietario de Hostería de Gracamonte y amigo suyo, así como de otros toreros y gente que tiene que ver con el arte. En el restaurante, el fallecido, tenía como recuerdo un vestido de Lola Flores que le habían regalado sus hijas. Costa, fue hallado muerto acuchillado en su casa de Torrelodones. En fin, que la vida sigue y Ortega, rodeado de buenos amigos, disfruta en Mallorca.

Pedro Prieto