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Les presento hoy dos playas, que seguramente muchos de ustedes conocerán, playas bellas, una un tanto salvaje, me refiero a Cala Torta, y otra un tanto familiar, Platja Petita de Sant Elm. Pero las dos tienen un problema. En Cala Torta, a la que se llega desde el desvío que hay junto a la gasolinera d'Artà en dirección a Cala Rajada, te encuentras con que las bolsas de basuras apiladas cerca del aparcamiento y los contenedores a rebosar de bolsas de basuras, aparte del mal olor que desprenden, echan por tierra toda la belleza del entorno. ¿Responsable de este asunto? El ayuntamiento d'Artà, pues a este término pertenece la playa.

Pues ya sabe, señor alcalde. No permita que lugar tan bello, a causa de esas basuras, le saque los colores. Con un servicio de recogida cuestión resuelta. No lo deje para mañana. En cuanto a la otra playa, los vecinos y usuarios se quejan por varias cosas. Los vecinos, que son bastantes, porque desde que el ayuntamiento d'Andratx se la ha concedido a un particular, este la ha llenado de sombrillas y hamacas, impidiendo a los vecinos que disfruten de ella colocando sus tumbonas y sombrillas, como hacían siempre.

Por otra parte, vecinos y usuarios de la playa se quejan, conjuntamente, de lo sucia que está la arena. Algas frescas ribetean la orilla, más otros dos montículos de algas secas emergen en sus extremos. «Aparte -señala la vecina- las aguas están sucias. Y eso lo hemos hecho saber a la Conselleria. Sucias a causa de unas algas que crecen porque las aguas sucias que vierten al mar no están totalmente depuradas». Por tanto, dicho lo dicho, al ayuntamiento le corresponde llamar al orden al concesionario para que limpie la playa, y a la Conselleria de Medi Ambient ver que pasa con esa suciedad. Dejarlo como está, será equivocarse.

Pedro Prieto