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El juez decano de Palma, Francisco Martínez, que representa a un colectivo integrado por más de medio centenar de profesionales, expresó su preocupación por el estado actual de las sedes judiciales en el inicio del curso 2006-2007. En Vía Alemania y en el antiguo edificio de Carreteras los jueces de Instrucción, Penal, secretarios judiciales, fiscales, abogados, procuradores, funcionarios y ciudadanos están soportando el desarrollo de obras en los edificios. Y, lo que es más preocupante, según el juez decano es que la sede de Gerreria «está al límite» sólo cinco años después de ser inaugurada.

Por esa razón, Francisco Martínez es partidario de que Palma cuente con una ciudad judicial, un edificio moderno que albergue a todas las instancias, pero «diseñado con perspectivas de futuro a muy largo plazo», matizó.

«Sa Gerreria se ha quedado pequeña y sólo fue inaugurada hace cuatro o cinco años, y hay un dato muy significativo», subrayó. «Cuando se cree el segundo juzgado de violencia doméstica y otro de lo contencioso, no sé donde lo vamos a poner, porque en sa Gerreria estamos llegando al límite de sus posibilidades», dijo. Martínez insiste en que la Justicia en Balears debe estructurarse «con perspectiva de futuro a muy largo plazo», porque de no ser así, «siempre estaremos en lo de siempre; lo que en principio creemos suficiente, en cuatro años se nos ha quedado pequeño».