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Dicen que a medida que crecemos y nos hacemos mayores, los sueños que teníamos de niños se van desvaneciendo poco a poco. Pero si hay algo en lo que Daniela Garrett le ha insistido a su hijo Giorgio es precisamente en que no renunciase a sus ilusiones. Giorgio, nacido en Mallorca de madre italiana y padre británico, ha sido uno de los 24 niños y niñas elegidos de entre más de mil aspirantes de todo el mundo para recibir lecciones de danza en la prestigiosa Royal Ballet School de Londres.

Giorgio empezó a bailar con cinco años, animado por sus abuelos, quienes habían trabajado durante toda una vida en la Royal Opera House de Covent Garden. La escuela de baile Espaidansa de Inca fue el escenario donde Giorgio dio sus primeros pasos, bajo la tutela de su profesora Sebastiana Juan. Los progresos de este joven talento no pasaron desapercibidos para nadie, y a los ocho años ingresó en el Conservatorio de Música y Danza de Palma. Fue aquí donde Giorgio, influido por uno de sus grandes mentores, José Luis Ponce, desarrolló un especial cariño por el baile flamenco.

Francisca Elena Bestard y Nina Bliss Merklein, profesoras de la Academia de Danza Rosemary Rehm, fueron las encargadas de contribuir al aprendizaje de Giorgio, puliendo y perfeccionando su técnica. Y en medio de todo esto no podemos olvidar a Jerónima Ferragut, directora del colegio Santo Tomás de Aquino de Inca, donde Giorgio estudiaba hasta ahora y en el que siempre le han apoyado. A juzgar por los resultados, a Giorgio no le han faltado profesionales que supieran sacar partido a su talento. La danza requiere muchos sacrificios, pero esta promesa del baile trata de sacar tiempo para sus otras aficiones: el piano, el fútbol, el cine o la vela.

Fran Casillas